Fragmentos de Ventanas (en dos tiempos) - 23 de Julio de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 907924321

Fragmentos de Ventanas (en dos tiempos)

Me enteré de sus muertes con menos de cinco minutos de diferencia, en lo que uno demora en dar la vuelta a una de las esquinas de la que en otro tiempo se llamó población Enami. Habían pasado casi dos años desde la última vez que las entrevisté para el libro de crónicas sobre Quintero y Puchuncaví, una recolección de diversos testimonios de quienes habitan en una "zona de sacrificio" y que esa tarde esperaba entregarles. Sin embargo, de las casas en donde Claudia Tapia y Mónica Arroyo vivieron sus infancias, salieron a recibirme dos de sus familiares para decirme con la misma expresión hundida que habían fallecido por un cáncer.Para las personas que habitan Quintero y Puchuncaví aquella es una de las noticias más esperables que pueden recibir en su cotidianidad, pero para quien viene de afuera y tuvo la oportunidad de conversar con alguno de sus habitantes esa información pega como el más duro de los charchazos. Porque, finalmente, la muerte se convierte en la afirmación misma de sus propios testimonios, de quienes viven o vivieron en una "zona de sacrificio". Una vez me contaron que solo basta con tocar la puerta de una casa y preguntar, como quien mete la mano en la arena para sacar un chanchito de mar.Nos juntamos a dos semanas de las intoxicaciones de comienzos de junio y a una semana de que se diera el anuncio del cierre de la Fundición de Codelco Ventanas. Jean Mondaca Tapia (34) me hace pasar a su casa y, como si lo hubiera premeditado, señala una fotografía colgada en una de las paredes del living comedor, donde aparece su madre, Claudia, y su abuelo, José Luis Tapia Borges, al que no tarda en nombrar con naturalidad como papá.José Luis fue uno de los tantos trabajadores que llegaron a la bahía de Quintero a comienzos de los sesenta para construir y luego trabajar en lo que sería la Fundición y Refinería Enami Ventanas. Venían de diferentes partes de Chile a vivir primero en los campamentos de la empresa y, años más tarde, en las casas que levantaron en los terrenos que la empresa compró. Trabajó 36 años como horquillero, primero en la refinería y posteriormente en la fundición.Jean me ofrece una taza de café y antes de partir a la cocina recuerda el día en que escuchó a su abuelo decir que ellos trabajaban solo con un blue jean , una camisa y como protección unos pañuelos que compara con los que usan los panaderos en sus cuellos. Cuando los trabajadores llegaban a sus casas, gran parte de esas prendas llegaban teñidas con un color...

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