Fotógrafos aficionados - 26 de Enero de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 759244069

Fotógrafos aficionados

En los primeros tiempos de la fotografía, ¿lo recuerda?, si usted o su gente querían ser inmortalizados, se contrataba a un fotógrafo: la ceremonia requería paciencia y la asistencia de un profesional.En los segundos tiempos de la fotografía, ya bastante simplificada la cámara, cualquier persona podía operarla medianamente bien. Bastaba pedirle a un tercero, explicarle un poco cómo funcionaba el aparato ("mire por aquí y apriete este botón"), ponerse en la pose y dar las gracias. A veces, en los grupos de familia, alguien oficiaba de fotógrafo, alguien a quien, según él, le salían bien las fotos, optando por no aparecer él mismo, aunque cuando el registro se revelaba no faltaban fotografías desenfocadas, semiveladas o en las que se cortara parte de la cabeza a alguno de los modelos. Era la época en que, como parecía natural, las cámaras fotográficas disponían de una lente que solo podía reproducir aquello que se encontraba delante del ojo. Se encuadraba un trozo del mundo ahí adelante y ese trozo era capturado por la fotografía. Eso era fotografiar. Cuando se miraba una vieja fotografía, años después -otra ceremonia que ha tendido a desaparecer-, formaba parte de ese mirar especular acerca de quién había sacado la fotografía, ese ser invisible que había quedado fuera, pero que de ese otro modo estaba presente. La novedad fueron esas cámaras en que el botón obturador se apretaba solo y de manera diferida. Así, el fotógrafo podía preparar la escena dejando un hueco...

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