'La fortaleza es permitir que el otro vea tu fragilidad'
-Fue hace justo un año, un 4 de noviembre, cuando me llamaron de la clínica para preguntarme si tenía hora pronto para que el médico revisara el examen que me acababa de hacer.
Magdalena se había realizado la segunda mamografía de ese año, una rutina de cada seis meses que venía cumpliendo desde que le detectaron un quiste benigno que tenía que vigilar. Cuenta que en marzo de 2014 se hizo el examen en un centro médico distinto del habitual y que, extrañamente, en esa imagen no había nada, ni siquiera el poroto que debía aparecer.
-Pero para noviembre volví a la UC, y ahí ya no solo estaba el poroto, sino que había aparecido un tumor detrás del pezón, había varias microcalcificaciones y hasta ganglios involucrados. Es increíble lo importante que es hacerse la mamografía en un buen lugar. Pero eso lo supe cuando fui al doctor, después de esa llamada que fue como... Altiro supe que tenía cáncer, y mi mano con la taza de café que tenía, se puso a temblar.
Con antecedentes familiares de la enfermedad -su padre y una hermana tuvieron cáncer de colon-, Magdalena estaba familiarizada con lo que el tratamiento le iba a traer.
-Cuando ellos lo vivieron yo tuve susto, pero cuando yo lo viví no tuve esa sensación. Sin embargo, los demás, sí. Tenían miedo mis hermanas, mi marido estaba súper preocupado... Y yo me decía, "bueno, tengo que estar bien para que los demás estén tranquilos". Mi hijo, sobre todo. Él tenía 13 años y yo decía "cómo se lo cuento para que esté tranquilo". Y fíjate que no fue difícil porque una mamá de su curso había tenido el mismo cáncer y ya estaba bien. Entonces le dije si sabía lo que había pasado con ella, y él me dijo que sí, y que como me había visto haciendo exámenes, yendo al médico, me dijo que sabía que yo lo tenía también...Y que sabía que iba a estar bien. Los niños tienen una capacidad sorprendente para enfrentar las cosas. Yo creo que lo guardan en un saco y lo procesan más tarde, no más.
Un mes después del diagnóstico, Magdalena entró a pabellón para que le extirparan su pecho derecho. Luego vino una larga y devastadora serie de quimioterapias y radioterapias que hoy, un año después, está a punto de terminar.
-Cuando me sacaron la pechuga no pensé nada, solo que era lo que había que hacer. Recién estoy viviendo ese duelo. En ese tiempo me miraba el parche, después me miraba la cicatriz, después me veía pelada. Había momentos en que me miraba en el espejo y era como impactante. Me pegaba mis lagrimones, claro. Eran los momentos en que yo podía tocar lo que realmente significaba esta enfermedad.
Magdalena Matthey, una de las cantautoras más destacadas de su de generación, ganadora dos veces de la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar y reconocida exponente de la música de raíz, de pronto se vio forzada a parar. Tuvo que poner pausa a la seguidilla de siete discos que viene lanzando desde 1996.
Pero este 21 de noviembre regresará a los escenarios para presentar "Pide un deseo", el disco que alcanzó a dejar grabado hace un año pero que no pudo lanzar. Y en cuyas fotos de promoción aparece calva.
-Quise que esa imagen quedara para...
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