Los flancos legales que enfrentará Juan Bilbao, en Chile y Estados Unidos, por acusación de la SEC
El mismo lunes y sin previo aviso, comentan en su entorno, Juan Bilbao Hormaeche se enteró por los portales de noticias de una información de la que era protagonista y que se transformaría esta semana en tema obligado de la comunidad empresarial chilena.
"Bilbao sabía (o imprudentemente ignoró) que su deber fiduciario era mantener la información confidencial (...) A pesar de sus deberes y obligaciones, Bilbao negoció con ADR sobre la base de información relevante no pública que obtuvo de las reuniones del directorio de CFR. Lo hizo para un beneficio personal. Al hacerlo, Bilbao incumplió su deber fiduciario".
Así rezaba solo uno de los varios cargos en su contra contenidos en la demanda que la Securities and Exchange Commission (SEC), el regulador del mercado de Estados Unidos, hacía públicos, acusando a este empresario de uso indebido de información privilegiada.
Bilbao Hormaeche -empresario y director de empresas- había estado el sábado previo en la celebración del matrimonio de un hijo, evento al cual asistieron varios amigos y hombres de negocios chilenos, sin siquiera imaginar lo que dos días más tarde se desencadenaría para el empresario, con una acusación que es realmente seria y grave, por las múltiples aristas judiciales que se abren en su contra. No solo en Estados Unidos, sino que también en Chile, coinciden consultados que prefieren la reserva.
¿Cuál es la imputación de fondo? De acuerdo con la demanda de la SEC, Bilbao cometió un ilícito en su rol como director de CFR Pharmaceuticals, la sociedad matriz de Recalcine que hasta septiembre de este año estuvo controlada por Alejandro Weinstein y que fue transferida a la estadounidense Abbott.
La acusación apunta a que Bilbao, en dicha calidad de director de CFR, tuvo acceso a conocer de la existencia de la oferta hecha por Abbott para comprar CFR y de la negociación que se desencadenó con la multinacional. Y estando en conocimiento de estos datos confidenciales y reservados -en razón de su cargo-, compró ADRs entre marzo y mayo de este año, en un período en que el resto del mercado aún no disponía de esta información de la compraventa que vendría.
La acusación de la SEC es personal contra Bilbao y no tiene implicancias para el resto de la mesa directiva de CFR, que sí trato el tema con confidencialidad, según consigna la propia demanda de la SEC.
Del mismo modo, tampoco involucra ni al grupo Consorcio Financiero -del cual hasta el martes Bilbao fue presidente- ni a las restantes...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba