Fiscal regional conversó por primera vez con la joven a quien le arrancaron los ojos
El fiscal Pedro Salgado permaneció durante toda la mañana en la Asistencia Pública, ex Posta Central, para interrogar a Nabila Riffo Ruiz, de 28 años, quien el pasado 14 de mayo fue golpeada brutalmente por un hombre que llegó al extremo de arrancarle los ojos.
En las primeras horas la diligencia pareció incierta, puesto que la joven se encontraba en sesiones de terapia. No obstante, a eso de las 2 de la tarde se concretó el encuentro, y en este intervino la Unidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos (Uravit), para contenerla durante la diligencia.
Su declaración se considera fundamental, porque podría ratificar o desechar la hipótesis de la fiscalía, que formalizó al ex conviviente de la joven como el presunto autor de la brutal golpiza y quien habría actuado ebrio y motivado por los celos.
Cerca de las 16 horas, el persecutor abandonó la ex Posta Central, y a su salida dijo que Nabila "se encuentra consciente. Tiene recuerdos de su vida pasada, y de a poco se va acercando a los hechos".
No obstante, el fiscal decidió continuar hoy la conversación con la víctima. "De a poco vamos a ir acercándonos. Estamos, ciertamente, esperando ese momento", señaló. Según planteó, lo primero que está en perspectiva es su recuperación.
La joven fue encontrada en la calle cerca de las 6 de la mañana del sábado 14 de mayo, con pérdida de conciencia y signos de varias agresiones.
En el Hospital Regional, el médico residente de la UCI Felipe Silva informó que la mujer "fue recibida con trauma craneano facial y signos de sangrado rectal. Además, con una enucleación de ambos globos oculares; es decir, que fueron retirados. Posteriormente se encontró uno de ellos", relató.
El mayor de Carabineros Carlos Rojas detalló: "Presenta lesiones tan graves como la fractura de su cráneo; hay pérdida de masa encefálica, de sus piezas dentales, y lo peor de todo es que sus globos oculares no están en su posición original".
En el transcurso de las horas se supo que Nabila trabajaba como mesera en un restaurante del centro de Coyhaique y que vivía junto a sus cuatro hijos. Precisamente fue uno de ellos quien la noche del 13 al 14 de mayo llegó corriendo y agitado a la casa de su abuela para avisarle que el ex conviviente de Nabila, padre de sus dos hermanos menores, estaba ebrio y agresivo. La abuela partió a rescatar a sus otros nietos, y se retiró de la casa porque el ex conviviente, Mauricio Ortega, le había prohibido que se asomara, ya que ella había impulsado a su...
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