Financiamiento de la política - 7 de Abril de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 563854006

Financiamiento de la política

La superposición de "los casos" y la multiplicidad de sus aristas hacen que sea ya difícil para el ciudadano común comprender qué está ocurriendo realmente. Con todo, cabría distinguir cinco percepciones principales: en primer lugar, en los casos Penta y SQM, lo sustancial de los fondos en debate no fue a enriquecimiento personal de quienes aparecen involucrados, sino al financiamiento político o de los partidos. Segundo, es evidente que con ello se ha orillado la ley vigente, sobre la base de prácticas de antiquísima data, pero sin un ánimo sistémico de quebrantarla como lo hace un delincuente común, o uno de "cuello y corbata" avezado en el fraude. El componente delictivo estaría en la mala declaración final de impuestos, con ánimo de rebajarlos indebidamente, más que en las boletas discutidas. En tercer lugar, es obvio que de este mal financiamiento de la política algunas empresas abusan, porque buscan tener gratos a los políticos de todo el espectro, para estar "protegidas" contra sus decisiones. En cuarto lugar, se percibe una tendencia del Ministerio Público -crónicamente muy criticado por sus resultados respecto de la delincuencia común que sufre la población- a actuar con una espectacularidad mediática del tipo "juez Garzón". En fin, es manifiesta una ausencia de liderazgo político que conduzca a una salida de esta crisis, que sea a la vez aceptable para la ciudadanía y que sanee las prácticas futuras en esta materia. Ni la Presidenta Bachelet -herida a su vez por el caso Caval- ni los ministros, parlamentarios y dirigentes partidistas han mostrado hasta ahora capacidad para proponerla. Casi todos parecen intimidados por lo que aún pueda emerger, y solo surgen algunas voces, por lo habitual de personería menor, cuyo "vestalismo" no suscita mayor convencimiento. La noción de acuerdo político como el de Lagos-Longueira en 2003 ha sido caricaturizada y no parece hoy viable. Otro tanto ocurre ya incluso con el término solución para la crisis.

Todo sugiere que urge una intensa y valiente tarea de pedagogía transversal por parte de toda la dirigencia política, que ponga fin al doble discurso público y privado, que rechaza un entendimiento en público, pero lo busca en privado. Pero mientras subsista una plétora de equívocos, y no haya una concordancia en cuanto a que al menos los cinco puntos enumerados son reales, será imposible arribar a esa solución que, sin embargo, es necesaria.

La fórmula a...

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