Los fantasmas del terrorismo islámico, según Slavoj ?i?ek
Para su contienda, este crítico del capitalismo se vale principalmente de dos herramientas: Marx y Lacan. Aunque su maletín incluye también a Hegel, Kant, Nietzsche, Shakespeare, Batman, Freud, Britney Spears, Marx (Groucho), David Cronenberg, los diarios y un largo etcétera cultural. Maletín que tal vez explique su buena acogida en las universidades inglesas y estadounidenses, e incluso a nivel popular (hasta donde puede ser popular la filosofía); lo suficiente para que si usted busca en YouTube aparezcan aproximadamente ochenta y nueve mil resultados. Lo suficiente, también, para que corriera el rumor hace unos años de que estaba emparejado con Lady Gaga.
Esa popularidad también se puede explicar porque este esloveno, nacido en Liubliana en 1949, es un hombre dado al cuento, al chiste para explicar una idea, tal como muestra "Mis chistes, mi filosofía", una suerte de antología de este recurso. Por ejemplo: "Cuando Clinton contestó a la pregunta del fiscal acerca de su relación con Monica Lewinsky («¿Es cierto que...») con la infame frase «Depende de lo que quiera decir con "es"», ¿no apuntaba hacia la Seinsfrage [la pregunta por el ser] heideggeriana?"
Ese perfil llevó a que Tony Judt se preguntara, como recuerda el filósofo y rector Carlos Peña en su reciente libro "Ideas de perfil": ¿No será ?i?ek uno de esos intelectuales que son famosos por ser intelectuales, tal como Paris Hilton es famosa, simplemente, por ser famosa?
El terapeuta
¿En qué consiste el "marxismo lacaniano" con el que ?i?ek quiere despabilarnos de la naturalización del mundo dado? Respuesta: en su noción de ideología.
Habrá escuchado más de alguna vez a alguien que pretende desacreditar el discurso o el actuar de un oponente tachándolo de "ideológico". Detras de esa estrategia está funcionando, sépalo o no el que la usa, una herencia marxista, según la cual una ideología es un discurso, un relato o un conjunto de creencias y acciones que buscan ocultar y, por lo tanto, conservar una realidad: así, por ejemplo, la esperanza que entrega la religión (el opio del pueblo) es una ideología que oculta la lucha de clases o, si prefiere, la igualdad e ideas por el estilo son una ideología con la que se quiere ocultar la realidad de la economía, esa que, se supone que con neutralidad, gestionan nuestros ingenieros comerciales.
Para ?i?ek, en cambio, la ideología no es un falso discurso que oculta la verdadera realidad; al contrario, es aquello que constituye la realidad: es el constructo, el mundo, la ficción incluso, la...
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