La falta de órganos vuelve la mirada hacia los donantes vivos - 12 de Octubre de 2010 - El Mercurio - Noticias - VLEX 224567362

La falta de órganos vuelve la mirada hacia los donantes vivos

Han pasado nueve años desde el trasplante y tanto ella (hoy de 52) como José (62) se encuentran en perfectas condiciones de salud. "Es la mejor decisión que pude haber tomado; además, como lo hicimos por Fonasa, nos salió gratis. Es tanto lo que he aprendido del tema que lo transmito a todo el mundo", cuenta.

De hecho, junto a otro donante crearon un grupo en Facebook para informar y motivar a más gente sobre esta opción de trasplante, que en Chile es posible sólo para los casos de riñón e hígado (de adulto a niño).

Una alternativa a la que los equipos médicos están comenzando a prestar más atención, frente al mal panorama que vive la donación de órganos en el país.

Mejor sobrevida

Desde 2005, el número de donaciones ha sufrido una persistente caída; sólo el año pasado se llegó a 111 donantes cadáveres, la cifra más baja desde 1997. En el mismo período, las listas de pacientes que requieren un trasplante para sobrevivir han ido en aumento: si en 2003 había 800 enfermos esperando por un riñón, por ejemplo, ahora son 1.582 personas.

"Históricamente se ha utilizado donante vivo; pero al igual que en los países desarrollados, en principio se trata de agotar las posibilidades de obtener un donante cadáver antes de recurrir a una persona sana", dice el doctor José Luis Rojas, Coordinador Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud.

Si bien no hay una iniciativa oficial, Rojas precisa que cada centro tiene la libertad de promover esta donación. "Del total de trasplantes en Chile, alrededor del 15% son con donante vivo; en países desarrollados llega al 30%, entonces hay un margen de crecimiento que podemos abordar".

El doctor Javier Domínguez, presidente de la Corporación del Trasplante, se reconoce a favor del donante vivo. "Es la mejor alternativa en cuanto a éxito del trasplante y sobrevida; eso tanto por la compatibilidad como porque el donante es una persona sana".

Datos del Instituto de Salud Pública (ISP) muestran, por ejemplo, que la sobrevida de un injerto renal de donante vivo es de 86% a los cinco años del trasplante, mientras que en los casos de donante cadavérico es de 76%.

"Un requisito importante es que el...

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