Turno minero y faena nocturna, las nuevas formas que tienen las nanas para trabajar
Olivia, su nana que trabaja de noche, es un ejemplo de un nuevo estilo de jornada laboral, algo así como una trabajadora de "faena nocturna".
En este mercado, donde trabajan 429.320 mujeres, según datos de la última Encuesta Nacional de Empleo del INE, y que ganan sueldos que fluctúan entre los $ 250 mil y los $ 350 mil mensuales promedio en el sector oriente de la capital, se están desarrollando nuevas jornadas de trabajo, las que se acomodan a las necesidades del empleador y del trabajador.
El "turno minero" es el que se da en la casa de Magdalena Pérez. Ella tiene dos nanas puertas adentro, una que trabaja los primeros diez días del mes y otra que trabaja los últimos 20 días, además de una que va puertas afuera de lunes a viernes para apoyar.
"Ninguna de las dos que están puertas adentro es de Santiago y ellas prefieren estar varios días con sus familias y yo tengo el mes cubierto", explica Magdalena, quien agrega que ella ha ganado, porque sus nanas trabajan felices y no están cansadas.
"Yo junto mis días libres y me voy una vez al mes a Talca. Si me fuera una vez a la semana no alcanzaría a llegar y me tendría que volver y me gastaría el sueldo en pasajes", cuenta Paula Montes, quien dice que trabaja 25 días y se va cinco o seis a su casa.
"El juntar días es lo que piden muchas nanas que vienen de fuera de Santiago. Las puertas adentro, que generalmente salen un día y medio a la semana, prefieren salir tres días a la quincena o seis al mes", explica Marfa Veretennikova, rusa dueña de la agencia de empleos El Golf.
En el "turno de mamá separada" también se juntan días. "Con mi nana anterior, que era puertas adentro, acordamos que semana por medio, cuando los niños se quedaban en la casa el fin de semana, ella se quedaba, y cuando se iban con el papá, ella salía desde el viernes en la noche hasta el lunes", señala Claudia Muñoz.
En el fin de semana
En un mercado de casi pleno empleo, oferta y demanda es lo que manda la relación laboral.
"Las nanas están negociando con sus patrones, porque ellas saben que lo que dice la ley es un piso", sostiene Ruth Olate, quien reconoce que las empleadas de casa particular hoy están en mejores condiciones para que se respete lo que ellas quieren.
Si se suma el alza de los sueldos -atrayendo incluso trabajadoras de otros países-, las jornadas laborales están variando.
Ya casi no existen las nanas antiguas que vivían en las casa de sus patrones y salían el domingo por el día. Ellas han sido reemplazadas...
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