Francia exhibe su gran poderío militar... pero también da muestras de agotamiento
La parada militar anual del Día de la Bastilla en los Campos Elíseos es un ritual donde Francia se viste de gala y exhibe su poderío. Pero este año la celebración coincidió con un momento difícil para las intervenciones militares en el extranjero.
Francia se ha visto sobreexigida por tres conflictos armados simultáneos este año: en Afganistán, en Costa de Marfil y Libia. Tan sólo esta semana anunció que se estaba retirando del primero y extendiendo en el último.
Además, el respaldo de la ciudadanía para la misión en Libia disminuye, y el Presidente Nicolas Sarkozy está bajo cierta presión para que demuestre que el fin está próximo.
En una visita sorpresa a Afganistán esta semana, Sarkozy confirmó que, siguiendo el repliegue de Estados Unidos, Francia planea retirar sus 4 mil efectivos en 2014. Y sólo un día después, cinco soldados franceses murieron en un ataque suicida en el noreste. Sin embargo, mientras se inicia el retiro de Afganistán, el Parlamento también votó por extender la participación francesa en Libia.
La aprobación parlamentaria para que se siga combatiendo al régimen del coronel Moammar Jaddafi era un resultado esperado, gracias a un amplio apoyo partidario transversal. Pero la opinión pública no está tan segura.
Orgullo nacional
Cuando Sarkozy envió primero sus aviones de combate al otro lado del Mediterráneo en marzo, en medio de renovados sentimientos de orgullo nacional, el 66 por ciento de la ciudadanía estuvo de acuerdo. Sin embargo, a medida que la guerra se ha prolongado tediosamente, el apoyo para una operación que ahora está costando 1 millón de euros (US$ 1,4 millones) diarios ha disminuido. El mes pasado bajó del 50 por ciento.
Los cazas franceses han llevado a cabo alrededor de un tercio de todos los ataques aéreos de la OTAN. En la primera semana de julio hicieron 249 salidas, en las que atacaron tanques, vehículos blindados, artillería, puestos de mando y sistemas de comunicaciones. Pero estas misiones están pasando su cuenta. La Armada hace poco increpó a algunos tripulantes a bordo del portaaviones Charles de Gaulle, el que está de servicio frente a las costas de Libia, por colocar comentarios en el blog de la nave que estaban socavando la moral.
Incluso el almirante Pierre-Francois Forissier, jefe de la Armada, habló el mes pasado de un mayor cansancio operacional. Si el Charles de Gaulle, el único portaaviones que él tiene, continuaba frente a Libia durante el resto del año, manifestó, el cúmulo de pedidos...
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