El exceso de luz en las ciudades está afectando el buen dormir - 6 de Marzo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 606940682

El exceso de luz en las ciudades está afectando el buen dormir

"Nuestro mundo se ha convertido en una sociedad 24/7. Utilizamos iluminación en las calles para estar más activos durante la noche y aumentar nuestra seguridad. La gran preocupación es que hemos reducido nuestra exposición a la oscuridad y eso podría estar afectando nuestro bienestar", dice el doctor Maurice Ohayon, director del Centro de Investigación Epidemiológica del Sueño de la U. de Stanford (EE.UU.).

Los datos lo avalan: Ohayon es el autor de un estudio en el que se evaluó a un grupo de 15.863 personas durante ocho años, en aspectos como hábitos y calidad de sueño, así como trastornos médicos y psiquiátricos.

Al cruzar esa información con datos sobre el nivel de luminosidad de donde vivían -a través del Programa de Satélites Meteorológicos de Defensa estadounidense-, determinaron que quienes viven en zonas urbanas de más 500 mil personas están expuestos a luces nocturnas tres a seis veces más intensas que aquellos en ciudades pequeñas y zonas rurales.

"Al hacer comparaciones entre ambos tipos de personas, se observa que la gente es sensible a los efectos de la luz nocturna", precisa Ohayon a "El Mercurio". "Quienes viven en áreas de mayor luminosidad eran 6% más propensos a dormir menos de seis horas por noche y a tener más despertares nocturnos".

Los primeros, además, tienden a sufrir más fatiga, somnolencia y deterioro de su rendimiento. A nivel subjetivo, un mayor porcentaje (29%) dice estar insatisfecho con su cantidad o calidad de sueño que quienes viven en áreas de menor intensidad de luz (16%).

Los resultados serán presentados en la 68ª Reunión Anual de la Academia Americana de Neurología, que se realizará en Vancouver (Canadá) en abril. Y se suman a una serie de evidencias que alertan cómo se ha ido deteriorando el buen dormir.

De hecho, se estima que hoy las personas duermen, en promedio, dos horas menos que hace cien años. Es decir, apenas seis o siete horas. Y los chilenos no son la excepción: en la última Encuesta Nacional de Salud, el 63,2% de los mayores de 15 años reconoció sufrir algún trastorno del sueño. "A medida que se pierde la alternancia entre luz y oscuridad, el sueño comienza a fragmentarse y los períodos de vigilia también", explica el doctor Patricio Peirano, neurólogo del Centro del Sueño de Clínica Indisa y jefe del Laboratorio del Sueño del Inta de la U. de Chile.

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