'Evelyn y Michelle son dos visiones de país muy distintas. Eso es obvio'
-¿Cuál es su opinión sobre la candidatura presidencial de su hija?
-Con Evelyn conversábamos a veces que ella ya no quería estar más en la política, que todavía no sabía qué hacer, pero su idea apuntaba al área de la educación, lo que a mí me parecía fantástico, porque toda mi vida he sido un educador. En la FACh fui instructor, entonces esto yo lo llevo en la sangre, y es obvio que ella también.
-¿Y cómo se enteró de la noticia?
-Cuando se produjo esto de la enfermedad de Longueira, yo llamé a la Evelyn; ella no estaba, hablé con la nana y le dije: "Dígale a doña Evelyn que aquí va a tener que pensar varias cosas y va a tener que tomar decisiones cruciales. Mándele mi mensaje y dígale que en lo que ella haga o decida tiene todo el amor y el apoyo de su papá". A la mañana siguiente me devolvió la llamada y me dice que recibió mi mensaje y que ella también está preocupada. Después supimos todo por televisión.
-Y una vez que estuvieron frente a frente, ¿qué le dijo?
-Nada, un beso y un abrazo. Ella sabe que no necesitamos hablar, tenemos una tremenda sintonía. La única vez que Evelyn habló conmigo sobre un tema político fue por su preocupación por los derechos humanos, cuando me dijo que tenía que retirarme, porque esto iba a afectar el buen nombre de la familia.
-¿La imaginó en esta posición?
-Claro que sí. Por supuesto que la imaginé de candidata presidencial. !Pero si la habían candidateado el año 92, cuando tenía 40 años¡ Entonces, !cómo no me lo iba a imaginar¡
-¿Ella le pide consejos sobre las decisiones políticas que toma?
-(Ríe). No, la Evelyn nunca me ha pedido un consejo en su vida, como yo tampoco les pedí consejos ni a mis padres y ni a mi primera esposa. Ella siempre tomaba sus decisiones sola. Supongo que las conversará con Jorge (Desormeaux, su esposo).
-¿Qué heredó su hija de usted?
-A ver, ella es brillante y yo no. Para ella era fácil el colegio, por eso le inculcamos que hiciera otra cosa. Yo le dije a mi querida Elda (su primera esposa): "Tenemos un problema grande, se está poniendo sobrada", y entonces eligió aprender piano. La universidad también le resultó fácil, siempre salió primera, pero divirtiéndose. Yo soy inteligente, pero no tengo la vehemencia de ella ni su rapidez. Yo la miraba ayer en televisión y quedé pasmado con la rapidez con que devuelve tallas con tallas.
-¿No siempre fue así?
-No tanto. Yo estoy descubriendo cada día nuevas facetas de ella (ríe), y ahora estoy aprendiendo su sonrisa porque yo la conocí...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba