La etapa más oscura del coliseo: 1973 - 1 de Diciembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 747876669

La etapa más oscura del coliseo: 1973

Iba a festejar su cumpleaños. Pero a la hora de almuerzo del 18 de septiembre de 1973 un automóvil negro con un hombre portando una ametralladora llegó hasta su casa y se lo llevó. Alfredo Jadresic, campeón sudamericano de salto alto en 1947 y noveno en los Juegos Olímpicos de Londres 1948.-¿Qué significa esto, señor? ¿Es que acaso estoy detenido?"No, doctor, no está detenido, usted es un prisionero de guerra".Rotundo partidario de Salvador Allende y de la Unidad Popular, el hasta entonces decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, excandidato a rector y uno de los líderes de la reforma universitaria, comenzó un encierro de 51 días. "Un mes y 21 días como prisionero de guerra en el estadio donde en mi juventud me habían aclamado campeón. Dormíamos en el suelo, comíamos garbanzos con cuero de chancho una vez al día... Bajé más de siete kilos", recuerda Jadresic a sus lúcidos 93 años.Su crudo relato quedó estampado en el libro "Historia de Chile en la vida de un médico" (Catalonia, 2007).Jadresic compartió celda -el camarín N° 2 de "casos especiales"- con otros once detenidos. Tuvo suerte. "Como médico, me tocó atender a presos de otros camarines donde había hasta cien personas en el mismo espacio que nosotros teníamos para doce", dice.Entre el 12 de septiembre y el 9 de noviembre de 1973, el Estadio Nacional funcionó como centro de detención y tortura. También de muerte. El informe Rettig reporta 40 fusilados por los militares. Cerca de 7 mil personas pasaron por el estadio convertido en prisión política. La cifra no es precisa. El exjefe de la Dina, Manuel Contreras -quien fuera condenado a 529 años de cárcel y dos cadenas perpetuas por crímenes de lesa humanidad-, contó 8.377 hombres y 529 mujeres."Pasaron cerca de diez mil personas por el estadio, pero tal vez nunca hubo más de 5 mil al mismo tiempo. Estimo que la mitad de los detenidos fueron tratados con violencia o torturas sistemáticas. En las tres primeras semanas de reclusión no los dejaron salir al aire libre. Recuerdo la impresión que me causó la primera vez que nos sacaron a las graderías de la cancha de fútbol, ver el color del pasto y el azul del cielo en contraste con las nubes blancas...", cuenta Jadresic, quien, a solicitud de un médico militar, atendió a prisioneros de los ocho camarines que estaban cerca del suyo."Atendí a muchos enfermos. Hubo epidemia de influenza, infestaciones de piojos, y eran frecuentes las gastroenteritis y las diarreas", dice."A...

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