La estrecha amistad que une a Julie Andrews y Christopher Plummer desde hace 50 años
"La novicia rebelde" fue el número estelar en el reciente Festival de Cine de TCM de Los Angeles. En la alfombra roja aparecieron Andrews y Plummer, que a pesar de sus quejas reconoce el legado del musical de 1965. "Con todo lo cínico que siempre fui sobre la película, respeto que sea un alivio a todos los tiroteos y persecuciones que se ven en la pantalla de hoy. Es maravillosamente anticuada y universal. Tiene a los villanos y a los Alpes; a Julie y desborda sentimiento", admitió en una entrevista para la revista Vanity Fair junto a la actriz.
Para esa cita, se encontraron en un hotel de Manhattan, donde compartieron té -ella viaja con su propia tetera- y tuvieron una sesión con la fotógrafa Annie Leibovitz. Plummer tiene 85 años, Andrews, 79; su dinámica es una mezcla de viejos amigos y matrimonio de décadas. Él se queja de que no ha comido, y ella le ofrece la mitad de una barra de granola. Ella lo llama "honeybun" y lo llena de elogios; él también la alaba, pero no se resiste a tomarle el pelo de vez en cuando.
Su amistad comenzó durante el rodaje de "La novicia rebelde" y pese a que sus vidas siguieron sendas muy diferentes, se mantuvieron en contacto. El marido de Andrews, Blake Edwards, dirigió a Plummer en "El regreso de la pantera rosa" en 1975. En 2001, actor y actriz se reunieron para una producción televisiva de la obra "On Golden Pond", y al año siguiente hicieron un tour juntos con un montaje llamado "A Royal Christmas".
En Vanity Fair, Andrews recordó que cuando se enteró de que Plummer coprotagonizaría "La novicia...", se puso nerviosa. "Solo podía pensar en cómo estaría a su altura. Pero lo pasamos muy bien. Nunca discutimos". Él confirmó: "No. Puede que ella sea una rigorista, pero no es desagradable".
Él contó que su estadía en Austria durante la filmación fue de aproximadamente 11 días. "Tenía mucho tiempo libre, por eso engordé. Bebí tanto y comí todos esos maravillosos pasteles austríacos que cuando llegué a filmar, Robert Wise (el director) me dijo que me parecía a Orson Welles. Tuvimos que rehacer mi vestuario".
Andrews atesora los momentos en que formaron lazos, como después de la escena en que el bote de María y los niños se da vuelta y él la despide, o cuando filmaron su primer beso en la glorieta. La actriz le dice a Plummer: "Había tantas posibilidades de hacer la película empalagosa. Tú nos mantuviste unidos porque no permitiste que cayéramos en eso". Él es escéptico.
¿Qué cambiarían de la película? Ella...
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