Estrategia fiscal futura - 12 de Diciembre de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 852940636

Estrategia fiscal futura

Durante la última década, distintos países han experimentado una combinación de fenómenos que parecen desafiar la teoría. Anterior a la pandemia, se reportaban importantes aumentos del gasto público, particularmente en las naciones desarrolladas. El objetivo era dinamizar mercados golpeados por la crisis subprime (2007-10). Se sumó una política monetaria expansiva que no solo buscó bajar las tasas rectoras, sino que además innovó con medidas no convencionales que incrementaron la liquidez. Las bolsas respondieron en forma positiva, las economías comenzaron a crecer y los niveles de empleo se recuperaron.Tal expansión debería haber estado acompañada por presiones inflacionarias, las que sorpresivamente no se han concretado. Es posible que la inmensa producción china, que aún dispone de una mano de obra con bajísimos salarios, haya contribuido. Por otra parte, el macizo crecimiento del gasto público debería haber presionado al alza las tasas de interés real. Sin embargo, entre 2012 y 2019 la tendencia fue inequívocamente a la baja. Los factores tras esta dinámica no suscitan consenso, pero se cree que el cambio demográfico (la extensión de la vejez genera más ahorro), el cambio tecnológico (el emprendimiento hoy requiere menos capital) y la reutilización del capital existente lo explican. La respuesta a la pandemia ha explotado estas extraordinarias condiciones: el gasto sigue aumentando, la inflación parece contenida y las tasas siguen bajas.EE.UU., referente inapropiadoEl esfuerzo de los Estados Unidos ante la pandemia ha sido considerable. Según la Oficina de Análisis Económico, entre 2018 y 2019 el gasto gubernamental promedió el 33% del PIB. En 2020, un rápido acuerdo bipartidista para hacerse cargo de la emergencia sanitaria significó un aumento en los desembolsos fiscales cercano al 10% del PIB, lo que llevó a que en el segundo trimestre el gasto creciera en 21,1 puntos respecto del período precedente, alcanzando el 54,8% del PIB. Pese a la leve mejoría en julio y septiembre -44,8% del PIB-, el actual esfuerzo fiscal implicaría el incremento del déficit a niveles no observados desde la posguerra.Por las excepcionales características del shock , tal aumento del gasto no ha sido acompañado de alzas en los niveles de precios: en abril y mayo la variación anual del IPC estadounidense consignó un 0,5% en razón de las caídas registradas en aquellos bienes y servicios afectados directamente por las medidas de distanciamiento físico. Si bien...

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