El estilo de trabajo de Carlos Gajardo, el fiscal que investiga el caso
Según quienes lo conocen, en todos los casos de alto interés público que ha indagado, el actual jefe de la Unidad de Delitos de Alta Complejidad de la Fiscalía Oriente prefiere participar directamente de las diligencias investigativas más relevantes.
Esa forma de trabajo es la que ha implementado en los casos Quintrala, Fragatas, las irregularidades del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), lucro en las universidades y, recientemente, en el caso FUT y Penta, y también ha caracterizado su carrera de casi 13 años en el Ministerio Público.
La fama del caso Quintrala
Egresado en 1994 y titulado en 1998 como abogado de la U. de Chile, su carrera la comenzó como fiscal de Molina en abril de 2001, cuatro meses después de iniciada la reforma procesal penal. Un año después fue trasladado a su ciudad natal, Curicó. En esa fiscalía logró condenar a Augusto Pinochet Hiriart en 2003 a una pena remitida de 541 días por receptación de vehículo robado y tenencia ilegal de armas. Allí comenzó a especializarse en delitos económicos y tributarios. Y también a captar atención pública.
En 2005 fue designado fiscal adjunto de Nuñoa y Providencia. Si bien -comentan sus cercanos- tuvo un bajo perfil viendo casos como clonaciones de tarjetas o cibercrimen, tres años después fue uno de los investigadores del caso de María Pilar Pérez, para quién, en 2011, logró una condena a cadena perpetua efectiva, la primera de la Fiscalía Oriente.
Ese juicio marcó un antes y un después en su carrera. Primero, se hizo conocido para la opinión pública. Y segundo, demostró su capacidad para litigar y su gusto por los detalles a la hora de investigar, algo que, según él, adquirió en sus siete años como procurador y abogado en el Consejo de Defensa del Estado, de 1994 a 2001. El ex fiscal jefe de Ñuñoa y Providencia, Vinko Fodich, destaca que "era un caso sin pruebas directas, solo indiciarias. Al igual que un puzzle, todas las pruebas tienen el mismo tamaño, pero entre todas se logra armar una historia. Eso implica un ejercicio de litigación importante".
Sin embargo, para un abogado penalista que lo ha enfrentado, su habilidad para investigar tiene un punto débil: Gajardo basarías su investigaciones en un dato "duro" sobre el que no profundiza y que solo hace "estallar públicamente" las causas. También le haría falta "ponerse en el caso de estar equivocado", algo que no haría muy a menudo.
Un fiscal que conoce a Gajardo hace varios años compara su personalidad con la de un...
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