Esther Saavedra, la primera Miss Chile - 28 de Febrero de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 361459126

Esther Saavedra, la primera Miss Chile

"Me enteré del concurso cuando mi retrato apareció en la revista. Mi hermana menor, Adriana, me inscribió sin avisarme. Como me pareció una experiencia interesante seguí adelante", dice Esther Saavedra, quien una noche de mayo de 1952 fue coronada en el Club de la Unión como la primera Miss Chile. Eso sucedió hace 60 años, cuando Esther tenía 23 y trabajaba como secretaria en las oficinas de contabilidad del Partido Liberal por la mañana y, por la tarde, en el Patronato Nacional de la Infancia.

Esther Saavedra Yoacham se coronó Miss Chile por sobre 200 jóvenes que se inscribieron de todo Chile: Desde Arica hasta Punta Arenas, pasando por ciudades como Ovalle, Angol y Tocopilla.

Los primeros reinados

Aunque los concursos de belleza ya no eran novedad en Chile, la idea de elegir una reina que representara al país internacionalmente era inédita. Hasta entonces, los eventos de este tipo eran más románticos y provincianao. En esa época, la principal competencia era "Reinas Nuevo Zig Zag", un concurso que la revista del mismo nombre había iniciado cuatro años antes. El certamen estaba apoyado por Rosa Markmann, la mujer del Presidente Gabriel González Videla, para impulsar causas sociales y en él participaban las jóvenes de las familias más renombradas del país.

También estaba la elección de la Reina de Viña del Mar, que se realizaba todos los veranos en la municipalidad de ese balneario y se había iniciado en los años 30. Y la elección de la Reina de la Primavera, un concurso más popular y estudiantil, que se replicaba en todas las ciudades y pueblos con fiestas y desfiles de carros alegóricos.

Miss Chile era diferente. Tenía un incentivo más glamoroso. La ganadora viajaría a reunirse con una treintena de bellezas de todo el mundo y, si se transformaba en Miss Universo, podría ganar un contrato para transformarse en estrella cinematográfica. También obtendría un cheque de cinco mil dólares y un contrato para modelar los trajes de baño Catalina, la marca que creó el concurso.

Pese a que en un principio los organizadores locales no estaban muy esperanzados y creían que no podrían competir con "Reinas Nuevo Zig Zag", la convocatoria tuvo un éxito inesperado. La directora de la revista Eva, Ghislaine H. de Astaburuaga, declaró: "El certamen tuvo desde el principio un tono de evidente seriedad. Desde luego, todo el mundo verificó que se trataba de algo serio y por ello las familias más distinguidas accedieron a que sus hijas salieran fotografiadas...

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