Establece normas de regulación y protección de la toponimia - Proyectos de Ley - Iniciativas legislativas - VLEX 914499189

Establece normas de regulación y protección de la toponimia

Fecha06 Diciembre 2006
Número de Iniciativa4711-24
Fecha de registro06 Diciembre 2006
EtapaArchivado
Autor de la iniciativaDe Urresti Longton, Alfonso, Duarte Leiva, Gonzalo, Escobar Rufatt, Alvaro, Goic Boroevic, Carolina, Jiménez Fuentes, Tucapel, León Ramírez, Roberto, Meza Moncada, Fernando, Paredes Fierro, Iván, Rubilar Barahona, Karla
MateriaTOPONIMIA
Tipo de proyectoProyecto de ley
Cámara Legislativa de OrigenCámara de Diputados,Moción
PROYECTO DE LEY


ESTABLECE NORMAS DE REGULACIÓN Y PROTECCIÓN A LA TOPONIMIA.

boletín n° 4711-24


  1. CONSIDERACIONES GENERALES.


Los nombres de lugares geográficos, calles, plazas y otros bienes nacionales de uso público que repetimos por la fuerza de la costumbre - y a veces inconscientemente - reflejan en muchos casos, la relación del ser humano con su entorno. Esas expresiones constituyen una de las herencias de nuestros pueblos originarios. Las que se han mantenido lidiando con el avance de nuestro tiempo y la extendida globalización económica y cultural que recibimos diariamente.

A modo ejemplar citaremos los siguientes casos: Vitacura, nombre de un glorioso y aguerrido cacique mapuche (piedra grande), Tobalaba (escalones de greda), Puchuncaví (pocos alimentos), Pumaire que es corruptela de Pumiri o paraje del puma. Quillota que viene de Q'illu-uta o casa amarilla; Valparaiso es corruptela de Wallpara o crianza de gallinas; Talcahuano, viene de Tawkawanu o guano quemado y liviano. Para ir un poco más lejos, el significado de Los Andes es patrimonio cultural del pueblo Qulläna. Los Andes es un nombre aymara castellanizado que quiere decir "montaña que se ilumina". Este nombre deriva de los términos aymaras Qhantir Qullu Qullu utilizados por el pueblo Qulläna para expresar lo que sucede en las altas montañas que, a la salida del sol, son las primeras en iluminarse, y a la puesta del astro rey, las últimas en recibir sus rayos. Fenómeno común, por ejemplo, en los Pirineos - entre España y Francia - y cuyo significado es muy parecido : "Montaña de Fuego".

Los pueblos que habitan un lugar determinado, lo nombran o bautizan dejando en ese acto su cosmovisión y, en definitiva, su filosofía de vida. Es esta última, parte de nuestra cultura e identidad nacional, lo que somos hoy y que podemos llegar a ser. Sin embargo, sin conciencia y valoración de nuestro pasado resulta difícil tener una promesa de futuro coherente y sostenible.


  1. LA TOPONIMIA Y SU IMPORTANCIA.


De acuerdo a las definiciones contenidas en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la voz toponimia contiene dos significados: el primero, referido al estudio del origen y significación de los nombres propios de lugar, y; el segundo, el conjunto de los nombres propios de lugar de un país o de una región.

La Toponimia, proviene del latín topos que significa lugar y nimia de nombre, es una expresión de la cultura que reviste una tremenda importancia, si se considera que existe toda una corriente filosófica –el positivismo lógico- que plantea que el modo de ver el mundo pasa por las palabras que utilizamos. Aquella que sostiene que “el único papel útil que puede cumplir la filosofía es el esclarecimiento de las proposiciones que utilizamos en el discurso de la propia filosofía, de la ciencia y, aun, en el del lenguaje cotidiano.” (AGUSTÍN SQUELLA NARDUCCI Filosofía del Derecho. Editorial Jurídica de Chile. Agosto de 2001. Pág. 33) Según nos cuenta EDUARDO GALEANO en su libro “Las Palabras Andantes” existe una misma expresión en la lengua guaraní para significar “palabra” y “alma”, y los indios guaraníes creen que quienes mientan la palabra o la dilapidan, son traidores del alma.

Particularmente interesante, y por ello citamos a la letra, las reflexiones del profesor Squella que -aún cuando el mismo se empeña en negar su condición de ius filósofo - nos merece el más profundo respeto en su labor de catedrático y pensador. Él señala: “cuando no pensamos suficientemente en las palabras que empleamos, o, peor aún, cuando dejamos de utilizar ciertas palabras, perdiéndolas, lo que de verdad acontece es mucho más que la trivialización o la pérdida de las palabras. Lo que entonces acontece es la trivialización y pérdida de la propia realidad.” En este mismo sentido, el profesor Squella -al citar a su vez al escritor Juan José Millas - señala que “a poco de desaparecer una palabra desaparece también el objeto que ella nombraba, produciéndose de este modo un gravísimo proceso de “desrealización”, vale decir, de pérdida de la realidad.”

Entonces, dentro del proceso del rescate de la memoria histórica y enriquecimiento de nuestra identidad cultural, reviste especial importancia el uso del lenguaje que - como bien sabemos - es uno de los elementos que conforman a una nación (habitar un mismo territorio, compartir un mismo pasado, hablar un mismo idioma, etc.).


  1. EL FENÓMENO DE LA GLOBALIZACIÓN Y SU INCIDENCIA EN LA CULTURA NACIONAL.


La apertura internacional de los mercados a nivel internacional, la existencia de una red que nos permite conocer distintas naciones, lugares y personas, lo que hasta hace unos años era imposible constituye sin duda una de las enormes ventajas de la globalización. Estamos conectados en una suerte de “aldea global”, en la que no sólo recibimos información sino que podemos enriquecerla con nuestra propia historia e identidad. En este sentido, resulta pertinente – a fuerza de su preclaridad- citar una herencia de sabiduría ancestral : “describe tu aldea y describirás el mundo”.


No obstante, en el ámbito cultural y de desarrollo de nuestra identidad patria, la globalización ha tenido algunos impactos negativos. Nuestra sociedad ha incorporado con una facilidad preocupante, costumbres, modismos y actitudes provenientes de otras culturas y ha olvidado sus propias raíces. Por ejemplo, nuestro baile nacional es la cueca, pero en las celebraciones del 18, son pocos los valientes que la bailan y, sin embargo todos bailan cumbias y reggeaton.


El problema, a juicio nuestro, no reside tanto en recibir manifestaciones culturales y modos de vida distintos a los nuestros como en el olvido de nuestras raíces, en la falta de orgullo que nos produce ser el resultado de nuestras mezclas raciales y culturales.


En ese orden de ideas, debemos concluir que sólo un pueblo con una clara identidad cultural puede involucrase positivamente en el intercambio cultural que conlleva la globalización, aportando a ella la...

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