Establece Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Originarios de Chile - Proyectos de Ley - Iniciativas legislativas - VLEX 914494916

Establece Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Originarios de Chile

Fecha01 Julio 2014
Fecha de registro01 Julio 2014
Número de Iniciativa9424-17
EtapaPrimer trámite constitucional (C.Diputados) Primer informe de comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía
MateriaDERECHOS LINGÜÍSTICOS DE INDÍGENAS DE CHILE
Autor de la iniciativaBoric Font, Gabriel, Cariola Oliva, Karol, Fernández Allende, Maya, Jackson Drago, Giorgio, Mirosevic Verdugo, Vlado, Poblete Zapata, Roberto, Provoste Campillay, Yasna, Teillier Del Valle, Guillermo, Vallejo Dowling, Camila, Venegas Cárdenas, Mario
Cámara Legislativa de OrigenMoción,Cámara de Diputados
Tipo de proyectoProyecto de ley

PROYECTO

LEY GENERAL DE DERECHOS LINGÜÍSTICOS DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE CHILE.

BOLETÍN N° 9424-17

1. ANTECEDENTES

El carácter plurinacional e intercultural del Estado de Chile es una realidad que no ha sido debidamente reconocida institucionalmente. Caso paradigmático de las consecuencias que ha acarreado esta omisión estatal es la situación actual de las lenguas indígenas de nuestro país, en el marco de la dominación del castellano como lengua oficial. En efecto, resulta evidente que las lenguas no solo son vehículos de comunicación, sino que también representan culturas, influyen en la visión del mundo de los miembros de la comunidad de habla, e infunden identidad1. Actualmente, las lenguas indígenas de Chile que mantienen algún grado de vitalidad sociolingüística solo son el mapudungun, aymara, rapa nui y quechua. Asimismo, conforme a cifras oficiales entregadas por la Encuesta CASEN 2009, solo el 24% de la población que pertenece a estos pueblos tendría algún grado de competencia en sus lenguas, existiendo variaciones geográficas y regionales importantes en cuanto al número y proporción de hablantes.

Así, lamentablemente, es posible observar una pérdida progresiva de la lengua originaria en la población indígena de Chile. Uno de los factores gravitantes en esta pérdida lingüística, según se ha expuesto coincidentemente por diversos estudios sobre la materia, es el fenómeno de desplazamiento de las lenguas indígenas por la lengua castellana, especialmente en las escuelas. Esta situación no solo conlleva la sustitución de una lengua por otra a la que se le asigna un cierto "prestigio social" por sobre aquella, pues, el desenvolvimiento cotidiano de nuestra sociedad ha tenido que ver con la inculcación de actitudes de rechazo hacia el uso de lenguas indígenas como medios de comunicación y expresión, ante lo cual, reiteramos, el Estado de Chile ha perseverado injustificadamente en una omisión de acciones que promuevan revertir los efectos de socavar el uso de las lenguas indígenas.

Se ha fundamentado, muchas veces, que la situación de abandono progresivo del uso de las lenguas indígenas en Chile se debe a una supuesta preeminencia de la escritura por sobre el habla. Sin embargo, esos argumentos olvidan que la escritura nunca puede prescindir de la oralidad2.

1 Esta ha sido una afirmación ampliamente difundida y que no tiene nada de novedoso, tal como es posible de constatar por lo expuesto ya en el Primer seminario taller experiencias y conocimientos para el fortalecimiento y la promoción de las lenguas originarias. MIDEPLAN- CONADI, 10 y 11 de noviembre, 2005. Disponible en:

http://www.lenguasindigenas.cl/ webhosting/lenguasindigenas.cl/fileadmin/Carpeta documentos/Material sw Apoyo17/Seminario Experiencias y Conocimientos de lenguas originarias-Primer Seminario Taller Experiencias y conocimientos para el fortalecimiento y promoci%F3n de las lenguas originarias%2C 2005.pdf (Junio, 2011)

2 En este sentido: Calfuqueo, J. Hacia una política de revitalización y desarrollo e las lenguas indígenas de Chile. En: lbid. pp. 63-66.

No obstante lo anterior, existe una creciente valoración e interés por parte de la población indígena de recuperar y aprender su lengua originaria (tanto de manera oral, como su aprendizaje a través de la lectoescritura). También existe, desde mediados de los 90, un marco regulatorio y líneas programáticas para el fomento de estas lenguas, enfocadas principal, aunque no exclusivamente, en el ámbito escolar. Esto ha generado una mayor sensibilización y valoración respecto a estas lenguas, pero tales esfuerzos han resultado insuficientes, tanto por deficiencias prácticas como normativas.

Este proyecto se hace cargo de una necesidad respecto a la situación de las lenguas indígenas en Chile, pues trasciende al ámbito educacional, donde hasta ahora se han centrado los esfuerzos estatales. En efecto, propone la generación de una política amplia de reconocimiento, protección y promoción que tienda a normalizarlas y facilite su aprendizaje en espacios comunitarios, sociales e institucionales, a través de los cuales se pueda lograr su reproducción y vitalización.

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS DEL PROYECTO

La situación lingüística de los nueve pueblos originarios reconocidos por la Ley Indígena chilena es preocupante. Solo cuatro de ellos (quechua, aymara, rapa nui y mapudungun) son hablantes de sus respectivas lenguas maternas y, como se expuso en los antecedentes, menos de un tercio de la población indígena adulta tiene dominio de su lengua. La situación es dramática en los demás casos: el Yagan, por ejemplo, actualmente solo tiene una sola hablante anciana; el Kaweskar vive un proceso de reconstrucción lingüística sin hablantes nativos, sino como hablantes de segunda lengua; el Selknam ha perdido a sus hablantes en Chile, aunque en Argentina hay personas que lo hablan; el Likan Antay no solo ha perdido a sus hablantes, sino también su gramática, lo que hace casi imposible su reconstrucción; y, finalmente, la lengua del pueblo Diaguita vive una situación similar al Likan Antay.

La situación se complejiza todavía más si consideramos la efectiva convergencia de diversos factores sociales e históricos que han determinado la afectación de algunas de las lenguas indígenas en su estructura lingüística, específicamente en los planos lexicales, gramaticales, fonológicos y sintácticos, tal como ocurriera con la lengua atacameña (kunza), el colla, el yagán y el kaweshkar.

Como se expuso anteriormente, en los casos de aquellas lenguas indígenas que todavía conservan una cierta vitalidad etnolingüística, se ha desarrollado aceleradamente un proceso de desplazamiento lingüístico por parte del castellano. En términos cuantitativos, y tal como lo mostró la encuesta CASEN 2009, en los últimos años, cerca de un 6% de la población indígena en Chile ha dejado de hablar y/o de entender su lengua originaria. A mayor abundamiento, se ha constatado que, aun cuando en los hogares se usan ambas lenguas, existe una presencia muy notoria y relevante del castellano, el que en muchas casas se habla, especialmente para que los niños lo aprendan bien antes del ingreso a la escuela. Esto no es una simple estadística, pues el aprendizaje en los niños ocurre en la lengua materna, aquella aprendida en la familia. De tal modo, en su crecimiento temprano, al hablar y concebir la realidad, los niños tienden a hacerlo en su lengua materna.

En nuestro país, pese a la castellanización de los pueblos originarios, todavía existen personas bilingües de lengua indígena y castellano, e, incluso, niños monolingües en lenguas indígenas, a quienes se impide el derecho a la educación en lengua materna. Tal es el caso de niños mapuche-pehuenche, en la comuna del Alto Bío-Bío, donde el 50% de los niños llegan a sexto básico sin hablar castellano y, sin embargo, en sus comunidades escolares solo es posible contar con un solo intérprete, pues ningún profesor sabe otra lengua que no sea el castellano.

En este duro y complejo panorama existe un deber innegable del Estado de Chile, consistente en la adopción de políticas públicas integrales, que rescaten y promocionen las lenguas indígenas. Concretamente, es necesario progresar en la efectiva protección de los derechos lingüísticos de los pueblos originarios de Chile, reconocerlos expresamente como Derechos Fundamentales, integrantes de la dignidad de las personas, pues gracias a la lengua las personas pueden hablar de su pasado, manifestar sus sentimientos, afectos, transmitir su cultura, influir en la visión del mundo y en el desarrollo de su identidad. Es así como se ha comprendido que el derecho lingüístico es un derecho individual y colectivo a la vez, tal como se reconoce en la declaración de Derechos Lingüísticos de Barcelona de 1994, o el Convenio 169 de la OIT. Se ejerce en forma individual, pero se cultiva en un colectivo, en tanto las personas se comunican en su lengua con su comunidad lingüística.

Dada a la importancia del derecho lingüístico en las personas, para los pueblos y su cultura, diversos países en Latinoamérica (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Paraguay y Perú, por ejemplo) han consagrado en sus Constituciones Políticas el reconocimiento expreso del derecho de los pueblos originarios a preservar las lenguas indígenas e, incluso, algunos de ellos han avanzado hacia una educación bilingüe. Evidentemente, este no es el caso de Chile, dado que la Constitución no reconoce la multiculturalidad ni los derechos lingüísticos de nuestros pueblos ancestrales.

La política pública en Chile respecto a las lenguas indígenas es muy débil y limitada; solo garantiza el derecho de aprender la lengua indígena a niños en escuelas básicas, donde existe un grupo de alumnos indígenas superior al 20% (Decreto 280, 2009). Tampoco garantiza la educación en lenguas indígenas para los niños que tienen por lengua materna una lengua originaria, (caso Pehuenche y Rapa Nui), quienes deben ser castellanizados para acceder a la educación pública. La política pública desarrollada también ha sido ruralista, pues no se garantiza en las comunidades urbanas, las que constituyen casi el 70% de la población indígena según la CASEN 2009. Tampoco se garantiza el uso de las lenguas indígenas en otros espacios públicos, oficinas administrativas y, especialmente, en los medios de comunicación. No hay ningún medio que transmita en lengua y cultura originaria. Asimismo, la política pública de educación ...

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