Espionaje en Sofofa: Fiscalía pide información a Microsoft, Google y Apple por hackeo de computadores y celulares
Por la hora, el día y el contenido del mensaje -que, entre otras cosas, convocaba a dirigentes que en esos momentos eran partícipes de candidaturas competidoras en el gremio-, provocó extrañeza. Además, Von Mühlenbrock no había usado su teléfono para enviar dicho mensaje ni ningún otro.
Este fue el primer indicio de que algo raro ocurría en las comunicaciones del gremio fabril. Una situación que a la postre sería el puntapié inicial del bullado caso que estalló en mayo en el gremio de los industriales, conocido como el Sofofa Gate, días antes de culminar el proceso eleccionario más reñido del que se tenga memoria en la multigremial.
Dos gruesos tomos completan ya la investigación que lleva el Ministerio Público y que ya va para un tercer libro.
Por las oficinas de la Fiscalía Oriente, en Los Militares 5550, ha desfilado un variopinto grupo de personas, desde grandes empresarios hasta enfermeras, guardias de seguridad y asesores de todo tipo de actividades, quienes han testificado en una causa que a poco andar puso en la retina pública a la figura del asesor de seguridad Rubén Zito Aros Oñate, dueño de la firma Profacis, quien había sido contratado por la Sofofa -y antes por Carozzi- para pesquisar si dirigentes gremiales estaban siendo víctimas de algún tipo de espionaje o escuchas.
Pero hoy Aros aparece como imputado en la causa, dado que -según la fiscalía- los aparatos para captar audio e imágenes encontrados en la sede gremial de Andrés Bello 2777 en realidad pertenecían a él y, además, nunca se activaron. Por lo mismo, tanto en el gremio como en Carozzi -desde donde se contactó a Aros y que sugirió su nombre a la Sofofa- estudian querellarse por estafa contra este ex carabinero devenido en asesor en seguridad.
La citación que nunca fue y el informe que nunca elaboraron
Hoy el Ministerio Público, además de indagar esta arista de los micrófonos, pesquisa otra situación que es tanto o más compleja: el posible hackeo que sufrió el gremio. Por ello, el fiscal Roberto Contreras, que junto a Lorena Parra investiga el Sofofa Gate, requirió a las compañías tecnológicas Microsoft, Google y Apple para que les comunicaran qué información salió de los computadores y smartphones de los dirigentes de la entidad industrial y si es que éstos fueron manipulados o interceptados por terceros.
Porque hubo más eventos extraños que aquel vivido por Von Mühlenbrock el 17 de marzo. Fuentes del gremio detallan que días después, el 21 de marzo, del celular del entonces vicepresidente Gastón Lewin salió una comunicación convocando a casi todo el consejo de la Sofofa -es decir, más de 30 personas- a...
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