El espía regresa: el legado de Le Carré - 1 de Abril de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 707244657

El espía regresa: el legado de Le Carré

"¿Quién era el culpable de que me hubiera pasado toda la vida ocultando y disimulando? ¿Quién sino George Smiley?", se pregunta Peter Guillem, viejo agente del servicio secreto británico ya jubilado, que al momento de pensar en el asunto se encuentra huyendo: se fuga de la custodia de los nuevos agentes del servicio en Londres, quienes llevan días interrogándolo sobre su pasado, para buscar al único hombre que puede responder a las preguntas que lo acorralan, su jefe, su maestro, casi un padre, el imperturbable Smiley. Guillem deja Inglaterra, siguiendo las últimas pistas de Smiley. Son dos hombres retirados en el siglo XXI, pero los fantasmas de la Guerra Fría aún no los dejan tranquilos. Tampoco a su creador, el escritor John Le Carré.

El escape de Guillem está al final de "El legado de los espías", la última novela de Le Carré. Publicada en 2017 en inglés y ahora disponible en español en Chile, se trata de una suerte de final: el último capítulo de la saga de las novelas de Smiley, acaso el espía más icónico de la segunda mitad del siglo XX que surgió en la literatura. Completamente opuesto al glamoroso y fantástico James Bond, George Smiley es un hombre tranquilo, mal vestido, apasionado por los románticos alemanes, enemigo de la violencia y preparado como ninguno para una vida de secretos. Apareció por primera vez en 1960 en la novela "Llamada para el muerto" y se convirtió en el hilo conductor de la obra de Le Carré. Esta parece ser su despedida.

También puede que sea la despedida del propio Le Carré. Con 86 años, el escritor dignificó el género de la novela de espías al punto de que Philip Roth dijo que su libro "Un espía perfecto" (1986) "era la mejor novela inglesa desde la guerra". Aquel relato estaba ambientado en los 80, cuando la Guerra Fría aflojaba, pero era un destilado complejo de todo lo que Le Carré había construido en sus diez libros anteriores: más allá del obvio misterio que envuelve a los espías, Le Carré había dotado a ese universo de una pesada soledad, una moral inevitablemente ambigua, donde sus personajes se mueven como peones que ya no saben exactamente qué valores representan y toda victoria es apenas un pequeño triunfo en una maraña de derrotas confusas, en las que por supuesto nadie gana. Ni Smiley, el más hábil de todos.

Diablo y virgen

En realidad, Smiley es una sombra ausente prácticamente durante toda la novela "El legado de los espías", pero sin él no hay historia: retirado en el campo de Bretaña, el...

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