La esperanza de Puerto Natales - 16 de Octubre de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 912609748

La esperanza de Puerto Natales

"L as águilas moras están gorditas de tanto comer conejos", dice riendo Viviana Retamal una soleada mañana de octubre, mientras nos preparamos para iniciar una caminata por los relucientes senderos del Parque Bahía Esperanza, que hemos venido a conocer.Estamos en la península Antonio Varas, justo frente a Puerto Natales, y Viviana -kinesióloga de profesión, deportista por pasión, que vive y administra este lugar junto a su pareja, el montañista, esquiador y ciclista José Antonio Neira- lleva varios minutos hablando sobre uno de los mayores problemas que enfrenta este lugar: la masiva presencia de conejos, que se han transformado en una auténtica plaga, tal como se repite en otros rincones del país.Basta mirar un poco alrededor para ver decenas de agujeros que parecen socavones provocados por la lluvia, pero que no son sino madrigueras de conejos que llevan décadas habitando y reproduciéndose -como conejos, literalmente- en esta zona, y que hoy el parque está decidido a enfrentar: científicos del centro CAPES de la Universidad Católica han venido a península Antonio Varas para estudiar métodos y alternativas de erradicación, una tarea que parece titánica, pero que aquí tiene esperanzas."Esto va en la línea con uno de los objetivos del parque, que es la conservación", continúa Viviana mientras avanzamos por el llamado Sendero Panorámico, una de las siete rutas que existen en el parque y que, tal como dice su nombre, regala espectaculares vistas panorámicas hacia el canal Señoret, el fiordo Última Esperanza, el macizo del Paine inclusive (que está lejos, pero se ve), y también hacia los bosques y lagunas que aparecen de pronto hacia el interior de la península, y que demuestran que esto no es solo pura pampa patagónica.Desde que el parque se convirtió en parque -y eso fue oficialmente el año pasado, aunque recién esta temporada comenzará a operar con todos sus servicios ( ver recuadro )-, en Bahía Esperanza decidieron sacar todo el ganado que alguna vez circuló por aquí -esto originalmente era una estancia, como casi todo en la zona-, hacer un cierre perimetral de las 2.300 hectáreas que comprende esta reserva privada, y diseñar una serie de rutas y senderos de trekking , ciclismo y cabalgata -tarea que estuvo cargo de Outlife, tal como lo ha hecho en varios parques en Chile-, para convertir este lugar en una suerte de paraíso para los deportes outdoor , la conexión con la naturaleza y, también, su conservación.Un proyecto que fue concebido en...

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