Mi esperanza: Chile puede - 22 de Marzo de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 841377120

Mi esperanza: Chile puede

Quiero explicitar tres características que, espero, infundan sentido coherente a lo que digo en los capítulos del libro.En primer lugar, quiero hacer profesión de fe de mi condición de demócrata. Creo, genuinamente, y no como mal menor, en el derecho de todas y todos a participar en igualdad de oportunidades en las discusiones y decisiones de la comunidad en que se vive. No veo cómo un ser humano puede florecer en su condición de zoon politikon , como lo llamaba Aristóteles, si se le priva de la posibilidad de desarrollar socialmente su facultad de decir y decidir sobre lo que es justo y lo que es injusto.Desde que tengo uso de razón, he luchado para que en Chile haya más democracia. En los años postreros de una dictadura que quería perpetuarse, como estudiante y como presidente de la FEUC, participé en marchas y campañas para que Chile, y sus universidades, volvieran a tener libertad. En mi primera columna en un diario cuestioné la norma constitucional que dejaba fuera de la vida cívica a las personas y movimientos que propagaran doctrinas marxistas.Después de titularme de abogado, escribí contra los senadores designados y la inamovilidad de los comandantes en jefe. Como asesor, impulsé proyectos para permitir que chilenas y chilenos que residen en el extranjero pudieran tener mínimas facilidades para votar, así como promoví fórmulas para sustituir un sistema electoral binominal hecho a la medida de la derecha por un sistema proporcional que respete la igualdad de voto. No pretendo ser 100% coherente en todo lo que digo o hago, pero no tengo doble estándar a la hora de enjuiciar las dictaduras. Y así como rechazo las dictaduras de derecha, repudio también los totalitarismos comunistas. Los tiranos chicos, los medianos y los grandes. Los de Venezuela, los de Cuba y, también, los de China.Adelanto, entonces, a la lectora y al lector que ya ha llegado a esta parte que todo lo que voy a decir más adelante sobre el tema constitucional está animado por este compromiso con la democracia.En segundo lugar, quisiera declarar mi condición de moderado. Entiendo la moderación no como tibieza ("ni frío ni caliente"), sino como la búsqueda constante del equilibrio. Del equilibrio entre libertad y orden. Del equilibrio entre libertad y justicia. Esa misma vocación es la que aleja al moderado de las fórmulas maniqueas o extremas. Entiende que la mejor solución tendrá que integrar distintos elementos.La moderación no consiste en apostar por promedios...

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