Esperando a Dalí, entre los Pirineos y el Mediterráneo - 26 de Noviembre de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 953842642

Esperando a Dalí, entre los Pirineos y el Mediterráneo

P iden los ampurdaneses que por favor no pongan a su pueblo en la lista de los más bonitos de la región. Porque sería el fin. De su paz, de su secreto. Cada vez son más los viajeros que llegan a disfrutar de los hermosos parajes naturales y arquitectónicos de este tramo de la Costa Brava que va hasta la frontera francesa.Enmarcada entre las sierras de la Albera y las Gavarres, se encuentra en la provincia de Gerona. La llaman "la Toscana de Cataluña", y suma una notable sucesión de bahías y playas, algunas de extensos kilómetros de arena fina; otras, pequeñas calas de piedra escondidas por tupidos bosques de pinos nativos, hayas, robles y encinas.Digamos que todos los pueblos son maravillosos, cada uno en su estilo, así la ola de visitantes del próximo verano se reparte. Por lo mismo, recorrerlos durante el otoño boreal es un privilegio.Subimos a un tren regional que salía del Paseo de Gracia, en pleno Barcelona, bastante preocupados porque partió más de media hora tarde rumbo a Flaça , donde nos iban a esperar setenta minutos después. Pero los amigos que nos recogerían son locales y tienen la costumbre de seguir en línea al tren. Estaban. Nos abrazamos y nos fuimos a su pueblo.Cambiar de escala y ritmo fue instantáneo. Aquí hay unos 800 habitantes declarados, pero durante el año reside una ínfima parte de ellos. No está entre los más conocidos del Ampurdán (Empordá en catalán), pero tiene una iglesia románica del siglo XI, plaza empedrada, castillo, un museo para el pintor local (Ramón Pujol Boira) y nada más. Ni restaurante ni tienda de abarrotes. Aparte de ladridos lejanos y algún aleteo de paloma, no se escuchan ruidos en este pueblo.Como oscurece temprano, fuimos a despedir los últimos rayos de sol a L'Escala . Es otro pueblo blanco, al borde del mar, por ende, más movido, frente a unas pequeñas playas de quietud pétrea.Al día siguiente nos invitaron a un encuentro multinacional frente a unas fabulosas ruinas griegas, las de Empuries (siempre en L'Escala), que nos recordaron el vasto y rico pasado cultural del Mediterráneo. Fue muy emotivo porque una de las invitadas, Rita Suaña, líder indígena peruana del pueblo uro (del lago Titicaca), fue aquí donde vio por primera vez el mar.Rita tocó el corazón de todos los asistentes cuando abordó la necesidad de hacer un turismo respetuoso y responsable en todos los rincones del planeta.En la tarde fuimos a Monells , un pueblo con muchas estrellas en las guías de turismo: joya medieval con casco...

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