Escritores calibran a Lafourcade: un animal literario en una generación de gigantes - 30 de Julio de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 800858737

Escritores calibran a Lafourcade: un animal literario en una generación de gigantes

"Enrique Lafourcade era un animal literario", dice de entrada Gonzalo Contreras, recordando al escritor con quien inició su escritura en un taller literario a fines de los 70, en la Biblioteca Nacional. Por entonces Lafourcade ya era un hombre de larga experiencia, con un clásico a cuestas como Palomita blanca . Fue inclemente con Contreras, que aún no cumplía 20 años, y sin titubeos le "destruyó" su cuento "!Oh, colibrí¡". "Después yo guardé distancia. No era una persona fácil, pero desde luego no puedo sino reconocer esa condición de bestia literaria que tenía", añade Contreras, insistiendo en algo que todos reconocen: el incesante compromiso de Lafourcade con promover la literatura. La suya y la de todos."Es un caso interesante Lafourcade, porque por un lado tiene una obra considerable, y por otro, tuvo una actitud pública como escritor que equivaldría a un promotor de la lectura", dice Antonio Skármeta. Y agrega: "Hay que tener bien en cuenta que fue muy hábil para tipificar a un grupo interesante de narradores como la Generación del 50. Era un hombre bullicioso. Le interesaba el ruido, llamar la atención por la literatura. Fue un promotor de la literatura".Figura omnipresente en el paisaje cultural chileno de la segunda mitad del siglo XX, Lafourcade alcanzó una popularidad inesperada para un escritor al ser jurado del programa de televisión "!Cuánto vale el show¡" en los años 90. "Se va una figura curiosa, mediática, complicada, que dijo cosas cuando nadie las decía. Me hubiera gustado que fuera menos mediático y que sus libros hubieran tenido la misma relevancia que su nombre. Creo que sí fue importante", dice Alberto Fuguet, a quien lo marcó Palomita blanca ."Lafourcade tenía una mirada atenta, conectada al zeitgeist (espíritu del tiempo). De alguna manera exploró la no ficción de ficción: libros históricos sobre el presente", dice Fuguet. "Cuando le resultó, surgieron libros acerca de mundillos poco explorados que funcionaban casi como documentales. Entre ellos está Palomita blanca , que es un clásico absoluto. Es un libro donde todo funciona. Además es extremadamente sexy y capta el mundo de la UP como nadie lo logró. Es, me atrevo a decir, la gran novela de la Unidad Popular, y por eso fue filmada por Raúl Ruiz", agrega.Para Contreras, el éxito de Palomita blanca fue una suerte de condena: "Hay toda una parte anterior en su obra que es desconocida, novelas como Pena de muerte (1952), Para subir al cielo (1958), El príncipe y las...

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