Escosesa - 8 de Abril de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 676839573

Escosesa

La apuesta por la independencia de Escocia fracasó hace tres años, pese al apoyo de comunidades de clase obrera como Paisley. Pero la parlamentaria y líder del Partido Nacional Escocés, Nicola Sturgeon, ha demandado un nuevo referendo. Y después de la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea -a lo que se opuso 62 por ciento de los escoceses-, muchos aquí parecen más decididos que nunca a poner fin a la unión de 310 años con Inglaterra.

"Ya no queremos ser gobernados por otro país, no queremos ser sacados de Europa", dijo George McGrattan, un obrero jubilado de 83 años. "Es hora de que Escocia se valga por sí misma".

El lenguaje de identidad y nacionalidad resuena aquí tanto como en el resto de la Gran Bretaña de clase obrera, pero la conversación es totalmente diferente.

Mientras que Inglaterra ha girado hacia la derecha y el nacionalismo inglés tiende a ser del tipo nostálgico, enlazado con una retórica contraria a los inmigrantes, Escocia ha girado hacia la izquierda y adoptado un nacionalismo de estilo cívico, que da la bienvenida a cualquiera que quiera vivir y trabajar en el país.

Hay suficiente inmigración en Paisley para justificar una sección en polaco en la biblioteca pública y al menos una tienda de productos comestibles polacos. El gerente, Marcin Sutkowski, planea votar a favor de la independencia escocesa; no menos porque teme por su derecho a quedarse después de que Gran Bretaña haya abandonado la Unión Europea. "Nos asusta el Brexit", dijo, refiriéndose a la retirada británica. "El pueblo escocés nos respeta".

Sutkowski, de 28 años, hablaba sobre los inmigrantes polacos en Inglaterra y cómo el estado de ánimo ha cambiado desde la votación para dejar la Unión Europea. Los insultos racistas se han vuelto más comunes. Los polacos ahora a menudo se ven acusados de robar empleos y beneficios.

En una taberna local, un grupo de "amigos" de Paisley (como los residentes se llaman a sí mismos) de edad mediana, culpó de la falta de empleos decentes y los servicios públicos abrumados no a los inmigrantes, sino a Westminster -como se refieren al impopular gobierno conservador en Londres-, y luego pasó la siguiente media hora discutiendo las opciones monetarias para una Escocia independiente.

"El euro es inútil, solo vean a Grecia", se mofó un hombre.

"Aye, pero no podemos conservar la libra esterlina si Inglaterra está fuera de Europa, ¿no?", respondió su amigo.

"Escocia necesita su propio dinero", concluyó un tercero...

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