Cómo los escolares enfrentan el fin del horario de invierno a lo largo del país
En el norte temen accidentesLuz tiene nueve años y cursa cuarto básico en la Escuela España de la localidad rural de Sobraya , en medio del valle de Azapa, 30 kilómetros al este de Arica. "Prefiero llegar de día porque hay peligros", dice, mientras su profesora la lleva al comedor para tomar desayuno. Luz, como los otros 521 alumnos, sale de noche a la escuela. "!Tengo sueño¡", exclama.
El anexo de la escuela Reverendo Padre Patricio Cariola de Antofagasta es el único recinto educacional de Caleta Constitución, a 60 kilómetros de la ciudad, donde estudian 15 niños, pues es la única alternativa en la zona. En el lugar no hay suministro eléctrico y el agua potable es entregada por un camión aljibe que pasa una vez al mes.
En el recinto se cambió el horario de entrada para las nueve de la mañana. "En la sala de clases la única iluminación es la solar", dice María Olivarí, su profesora.
Benito Maya lleva a su hija de 11 años al colegio Sagrado Corazón , en Copiapó, Región de Atacama . Comenta que "estamos llegando a oscuras, y eso afecta la seguridad", un temor que es compartido por otros apoderados. Su pequeña hija arrastra su mochila con ruedas sin ánimo de llegar al colegio.
"Todos los días nos levantamos a las 5:30 de la madrugada para tomar el bus (...) Es pesado el cambio de horario, pues los días se nos están haciendo más cortos", dice Isaías Véliz.
Él y su hermano Daniel viajan todos los días desde Andacollo a La Serena para cursar estudios en el Colegio Adventista. Para estos alumnos, el desafío es aún mayor, pues el establecimiento educacional se encuentra en plena Ruta 5 Norte, entre La Serena y Coquimbo, y deben cruzar la Panamericana en medio de vehículos que pueden circular a velocidades de hasta 80 km/h.
En Valparaíso anticipan llegadas a clasesSentado en solitario, esperando el inicio de clases en la Escuela República de México en Placilla, Región de Valparaíso , se encuentra Claudio Vicencio, de siete años. Está en su sala desde las 7:15.
"No me interesa si llego de noche porque sirve para estudiar primero. Antes llegaba al colegio a las 8:00 y era de día", cuenta.
No es el único que piensa así. Desde que se eliminó la hora de invierno muchos de sus compañeros comenzaron a llegar más temprano.
Álex Cáceres, alumno de primero medio, vive a cuatro cuadras y asegura que el cambio de hora le acomoda. "Llegué temprano porque me gusta llegar antes", afirma. Relata que sus compañeros también encuentran que la modificación es...
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