Escalada delictiva en Santiago: tres singulares y violentos asaltos ocurrieron en 24 horas
Un millonario atraco dentro de la Clínica Las Condes y el robo de un vehículo con una niña de un año y cuatro meses en el interior, precedieron la muerte de Melillán, quien a las 12:10 horas de ayer fue víctima de un violento asalto cuando iba a pagarles a sus empleados.
Posible "dateo"
La seguidilla comenzó a las 10:15 horas del martes, cuando cuatro hombres intimidaron con una pistola a una empleada de la tesorería de la Clínica Las Condes para arrebatarle $18 millones en moneda nacional y extranjera, los que depositaría en una sucursal del Banco Bci que está dentro del centro médico.
Dos de los delincuentes tomaron el bolso que llevaba la víctima en sus manos, mientras los otros dos los cubrían y vigilaban si había guardias o policías en el lugar. Una vez con el dinero en su poder, la banda huyó en un vehículo hacia Las Hualtatas.
Al cabo de unos minutos, la PDI interceptó un auto -que cumplía con las características entregadas por la víctima- en el sector de Los Militares, en Las Condes. "El conductor del vehículo nos dijo que a él lo habían secuestrado, pero revisamos el auto y vimos que dentro había bolsas y boletas de las compras. Pedimos las cámaras y vimos que esta persona estaba con el resto de la banda en el supermercado", explicó el subprefecto de la Brigada Investigadora de Robos Oriente de la PDI, Luis Concha.
Se arrestó a tres de los cuatro implicados, quienes dijeron a la policía que un guardia de la clínica les había entregado el dato de la transacción. Hasta anoche, el vigilante era investigado como cómplice del delito y se buscaba al cuarto integrante de la banda, quien habría escapado con unos $14 millones.
Una boleta fue clave para identificar a la banda, según dijo Concha. Unos minutos antes de que los delincuentes perpetraran el robo pasaron a comprar pan a un supermercado frente a la clínica, quedando registrados en las cámaras de seguridad.
"!Mi hija¡"
El segundo hecho ocurrió la medianoche de ayer, en calle Montenegro, Ñuñoa. Un grito desesperado alertó a los vecinos del sector. "!Mi hija¡", decía sollozando María Paz Santander (25), quien fue víctima del robo de su vehículo a la entrada de su casa. Adentro iba su hija de un año y cuatro meses de edad.
Según Carabineros, Santander -quien tiene un embarazo de ocho meses- descendió del auto para abrir el portón, y dejó el motor andando. "Venía llegando con la niña, entonces se bajó para abrir el portón, dejó el auto corriendo y se metió un hombre; ella se aferró al...
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