¿Es supererogatorio abstenerse de abortar? - 10 de Marzo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 615314794

¿Es supererogatorio abstenerse de abortar?

Suponga que usted despierta en un hospital conectado por vía intravenosa a un paciente que se encuentra inconsciente en la cama del lado. El médico le cuenta que se trata de un famoso violinista que necesita que alguien le provea durante un tiempo de la función renal, por lo que un grupo de amantes de la música lo secuestró a usted y después de sedarlo lo conectó al enfermo. El médico le señala que lo necesitan durante nueve meses para encontrar un tratamiento; en caso de que usted decida desconectarse, el violinista morirá. Este es en síntesis el caso inventado por Judith Thomson hace más de 40 años para defender el derecho de la mujer a "desconectarse" del hijo que espera y que ha sido propuesto ahora en Chile como una fórmula de consenso para aprobar el aborto en las tres causales planteadas por el proyecto de ley en actual tramitación.

Se trata de una analogía con la madre embarazada que busca convencer de que el aborto debería proceder aun cuando se reconozca que la criatura a abortar sea una persona, como sucede con el violinista del caso. Sería muy generoso -se arguye- por parte del secuestrado consentir en que su cuerpo sea utilizado para salvar al violinista, pero ello no podría serle exigido. No podemos esperar -dice Thomson- que todos se comporten como el buen samaritano de la parábola evangélica. Siguiendo esta lógica, en nuestro país se ha sostenido que la mantención del embarazo para permitir el nacimiento del niño en gestación, al menos en las tres causales del proyecto, sería una conducta "supererogatoria", es decir, algo moralmente bueno, digno de admiración incluso, pero más allá de lo que razonablemente puede exigirse a una persona común.

Sin duda se trata de un argumento persuasivo, y que además tiene la virtud de reconocer que el concebido puede tener derechos o intereses autónomos que no pueden serle desconocidos por la sola decisión de la madre. Pese a ello, pensamos que falla por dos razones fundamentales.

En primer lugar, porque si bien es cierto que no puede exigirse a los padres que se inmolen o que hagan sacrificios extraordinarios para mantener la vida de sus hijos, nadie dudará que, como a todos los demás ciudadanos, se les...

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