'Este es un presupuesto que es muy emblemático para efectos de saber el grado de responsabilidad de la Presidenta' - 18 de Septiembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 649206313

'Este es un presupuesto que es muy emblemático para efectos de saber el grado de responsabilidad de la Presidenta'

Una voz crítica de las reformas y de cómo el Gobierno las ha llevado adelante tiene el economista, ex ministro de Hacienda, ex vicepresidente del Banco Central y actual director del Programa CIEPLAN-UTALCA, Manuel Marfán. Que todo se ha querido hacer "rapidito", que se ha desconocido la lógica económica y la importancia del crecimiento a la hora de buscar mejores bienes para el país, y que falta un paradigma ordenador a la hora de diseñar políticas públicas, son algunas de sus críticas. Las dice desde la vereda del Partido Socialista, al que pertenece, al igual que la Presidenta Michelle Bachelet. "No hay contradicción", adelanta. "Simplemente -dice-, más allá de las diferencias entre la izquierda y la derecha, es muy distinto hacer las cosas bien y hacer las cosas mal".

"El momento es crucial", agrega. "Estamos en la antesala de dar un salto al pleno desarrollo". Pero con preocupación ve intentos por "saltarse la fila"; en este caso, olvidarse del crecimiento. Se necesita un paradigma ordenador, una visión que trascienda a los gobiernos.

-¿Cuál es el grado de adhesión que a estas alturas usted siente al gobierno de la Presidenta Bachelet y al Partido Socialista, al que usted y ella pertenecen?

"Yo voté por ella, y si se repitieran las mismas circunstancias con los mismos candidatos, lo volvería a hacer...".

-Pero usted es muy crítico de la labor del gobierno. ¿Por qué?

"El programa, lo que se sabía del programa de la candidatura de la Presidenta Bachelet, lo encontraba muy atractivo. Me parecía que el esfuerzo de elevar la carga tributaria para mejorar la educación era un elemento esencial para elevar la productividad y el capital humano. Pero lo principal que la reforma tributaria hizo fue poner un impuesto al ahorro de las empresas, y no es buen negocio gravar el ahorro para tener crecimiento".

"La reforma tributaria se hizo para financiar la gratuidad en la educación superior, y en eso hay un componente del que yo participo, que es que nadie que tenga talento debe dejar de tener estudios superiores por falta de recursos. Pero a mí no me parece que sea un derecho universal. A mi juicio, hay otras prioridades, y la educación superior gratuita no mejora en nada la calidad de la educación. Si uno quisiera hacer una reforma educacional procrecimiento, hay que partir por la educación prebásica, básica, media, y después universitaria; ese es el orden de importancia de recursos, versus resultados".

-¿No se siente identificado en la ingeniería de proyecto de ninguna de las reformas que ha impulsado el Gobierno?

"Es que yo sí estoy de acuerdo con que era necesario elevar la carga tributaria para lograr los mejoramientos iniciales de estos bienes públicos, servicios y bienestar social. También con que era necesaria una nivelación del campo de juego entre empresarios y trabajadores. Entonces, estoy de acuerdo con los titulares de los temas. Pero el sueño de tener un país que discrimine menos, que nuestros hijos tengan mejores oportunidades de las que tuvieron los padres, es una cadena de generación tras generación; es parte del progreso, y creo que esa es la parte que falta".

"Y el gobierno actual pagó los pecados de haber tenido demasiado capital político al principio, y cuando se tiene mucho capital político, no hay necesidad de negociar, se le pide al Congreso que legisle rapidito, porque el que tiene capital político ya tomó decisiones. Y, por lo tanto, hubo muchos problemas de calidad en los contenidos de las reformas".

-Qué responsabilidad le atribuye a la Presidenta Bachelet?

"No creo que sea su culpa. A la Presidenta, aunque nunca he trabajado con ella, le tengo respeto y aprecio. Creo que parte del problema es que el paradigma anterior, que era crecimiento y combate a la pobreza, tenía todo el sentido cuando Chile era un país mayoritariamente pobre. Hoy la pobreza es un 7,5%; sigue siendo importante, pero no es un reflejo de la mayoría. Hoy la mayoría de la población es sociológicamente distinta, y por eso es que hoy las demandas son educación, pensiones; no son demandas de estrategia de sobrevivencia".

"Hoy necesitamos un nuevo paradigma ordenador de las decisiones de políticas públicas. Y es una decisión que tiene que trascender a los gobiernos; tiene que ser una posta".

"Estamos en una situación más o menos parecida a lo que estaban muchos países europeos a fines de los 60, en el sentido de que tras una etapa traumática -guerra fría, la reconstrucción-, se generó mucho crecimiento, terminó agotándose, y el paso siguiente también fue con protestas en las universidades, como las del año 68, con gobiernos que trataron de hacer experimentos".

-¿En Chile estamos pasando por esa etapa de experimento?

"Tengo la impresión de que sí, de que este esfuerzo de tratar de ir más rapidito son los típicos que parten con mucha popularidad y que después esos sueños se tornan un poquito pesadillescos".

-¿Y vale la pena tensionar a un país con tal de probar?

"A ver, son procesos. Lo mejor sería que los niños no se cayeran, que no se golpearan...

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