'Es bueno saber retirarse a tiempo' - 23 de Enero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 592207734

'Es bueno saber retirarse a tiempo'

-Debo confesar que al comienzo me cayó como un poncho.

Fernando Montes, el recién renunciado rector de la Universidad Alberto Hurtado, tenía 59 años cuando en 1997 le pidieron que fundara la universidad. En esa época, cuenta, no le pareció buena idea partir con un proyecto así, creía que era más importante fundar un instituto para trabajadores. Y así se los hizo saber a sus superiores.

-Pero otros opinaron lo contrario -dice.

Y así, sin estar tan seguro, el destacado sacerdote e intelectual, licenciado en sociología y teología en la UC de Lovaina, Bélgica, pero con cero experiencia dirigiendo una universidad, se lanzó al desafío.

Hoy, casi dos décadas después, nadie podría decir que no aprendió.

La Universidad Alberto Hurtado es un referente de universidad privada con vocación pública y es una de las tres privadas que ha logrado acreditación institucional de cinco años en las cinco áreas. Tras adherir este año a la gratuidad, su postulación aumentó en un cuarenta por ciento y se calcula que muchos de sus alumnos accederán a ese beneficio.

Tal ha sido su impronta que su renuncia el jueves de la semana pasada causó impacto.

-Aún tengo 170 mails sin contestar -dice y comenta que lo llamó desde la Presidenta Michelle Bachelet, hasta muchos colegas, amigos y compañeros de ruta.

-Honestamente, ¿cuándo decidió irse?

-Yo insistí en que ya 18 años es bueno. Y, hablándoles a los profesores, dije que hay cosas objetivas: el período fundacional estaba de cierto modo concluido.

-¿Estaba cansado de tantas peleas?

-No. En la Compañía es tradición, aunque no ley, que los rectorados son por tres años y se reeligen por otros tres. Es rarísimo que a un rector lo dejen por más de seis años. Sentía que llevaba ya 16, 17, 18 años, y uno nunca es buen juez. Es bueno saber retirarse a tiempo. Cuando yo fui Provincial tuve la experiencia de tener que pedirles las llaves del auto a dos jesuitas mayores, que eran un peligro público manejando. !Y ellos no se daban cuenta¡ En ese contexto, dije: qué importante es liberar a un superior de que tenga que pedirte las llaves.

-¿No estaba agotado?

-Por ahí han puesto eso, pero es cuento: no estoy agotado. Y además de mi trabajo como rector, tengo una cantidad enorme de charlas y de trabajo sacerdotal. Ahora mismo estoy dando retiro a un grupo de religiosas. Y el próximo mes tengo que ir a dárselo al clero de Melipilla. Luego voy a Lima a hablarles a los hermanos maristas. Tengo tareas sacerdotales, que me dan mucha alegría. En ese contexto, uno dice, no estoy agotado ni estoy furioso... Alguien dijo en un artículo que estaba molesto con algunos empresarios, esas son elucubraciones.

-¿Y no sintió que había perdido poder cuando le nombraron un pro rector?

-Al revés. Yo me llevo muy bien con Jorge Larraín, con un trato de mucho respeto y una relación de caballeros. He hecho lo imposible por ayudarlo para que lo haga bien y viceversa.

-Para su reemplazo no están buscando necesariamente a un sacerdote. ¿Los jesuitas van a perder influencia en la universidad? ¿Se alejan?

-Mire, nosotros los jesuitas nos juntamos en el senado supremo muy pocas veces, 35 en toda la historia de la Compañía, y esto se llama Congregación General. La última vez insistieron, como uno de los temas mayores, en la mejor y más profunda colaboración con laicos. De modo que a lo largo y ancho de toda la Compañía hay laicos y laicas dirigiendo proyectos. Por ejemplo, en la Universidad de Georgetown, el rector es un laico. Y a veces esos laicos son más jesuitas que los jesuitas.

-Pero puede ser leído como que la Compañía se distancia...

-No, sinceramente. Tengo entendido que se ha dicho que en la medida de lo posible es preferible que sea por ahora un jesuita, para que no sea leído así. Aunque acabamos de nombrar un rector en el San Ignacio de El Bosque que es laico. La idea es que sea hombre o mujer, jesuita o laico.

Un episodio infausto

Mientras el sol comienza a salir en el cerro Playa Ancha de Valparaíso, donde el padre Fernando Montes está dando retiro a un grupo de religiosas, cuenta que lo más duro como rector fue "cierta relación en algunos momentos con algunos alumnos. Nosotros tuvimos una persona que entró ya mayor, cuya misión fue meter a la universidad chiquillos anarquistas".

-¿Qué le pasa a usted con que una universidad jesuita tenga esta presencia de anarquistas?

-Es un grupo absolutamente minoritario... Por su nivel de compromiso y su preparación, suelen copar ciertas cosas y eso provoca el retraimiento... en la universidad hay bajísimo índice de votación...

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