Ernst von Freyberg, el banquero alemán que será clave para la gestión del nuevo Papa
En el número 1 de la calle Neue Manzer, en el distrito financiero de Frankfurt, se encuentra DC Advisory. La firma se dedica a asesorar a empresas, pero más importante aún, alberga la oficina de uno de los hombres clave en la gestión del nuevo Papa. Ernst von Freyberg, fundador y gerente de DC Advisory, es además desde febrero el presidente del Instituto para las Obras de la Religión (IOR), más conocido como "el banco del Vaticano".
Es poco lo que se sabe sobre el empresario alemán de 54 años. Casado hace dos años con la francesa Elisabeth Montagnes, el barón Von Freyberg es heredero de una noble familia de Allmendingen, al suroeste de Alemania. Caballero de la Orden de Malta, este abogado tiene su propia fundación, que financia peregrinaciones anuales a Lourdes. El empresario, experto en inversiones y fusiones y adquisiciones, divide ahora sus semanas: cuatro días en Frankfurt y tres días en Roma.
Ernst von Freyberg tiene entre sus hitos ser el primer presidente no italiano del IOR, a lo que los vaticanistas atribuyen una señal sobre los intentos de Benedicto XVI de modernizar y transparentar la gestión financiera del Vaticano, a costa de la presión de grupos de poder italianos. Una tarea que se espera sea continuada por el nuevo Pontífice, Francisco, con la ayuda de Von Freyberg.
Pequeño y reservado
El IOR no es precisamente una institución financiera grande. A noviembre de 2011, manejaba activos por US$ 8.207 millones (equivalente a cerca un sexto de los activos del Banco de Chile).
Pero debido a que es poco lo que se sabe del origen del dinero que maneja y de las inversiones que realiza, así como sonados escándalos (que incluyen un asesinato en los años 80), es sujeto continuo de decenas de teorías de conspiración e intrigas. Incluyendo una supuesta disputa entre Benedicto XVI y el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, que habría terminado con la renuncia del Papa.
Este último episodio comenzó en septiembre de 2010, cuando los reguladores italianos congelaron fondos por unos US$ 30 millones, por sospechas de lavado de dinero. Nueve meses después el dinero fue devuelto al IOR pero la investigación continúa, y ya le costó el cargo al entonces presidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi, destituido en mayo pasado. Ante el aumento de la presión por parte de las autoridades italianas y de la Unión Europea en su conjunto, Benedicto XVI emprendió un proceso para transparentar la gestión financiera del Vaticano, a través de una ley...
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