La época más conflictiva para una madre es cuando su hijo tiene entre 11 y 12 años
Luego de entrevistar a 2.250 madres con estudios universitarios, las investigadoras de la U. de Arizona, Suniya Luthar y Lucia Ciciolla, concluyeron que es durante esa edad que las mamás muestran los mayores niveles de angustia y menores niveles de satisfacción con la vida. El estudio "What it feels like to be a mother" ("Qué se siente ser madre"), publicado en la revista Developmental Psychological, indica que a esa edad los hijos comienzan a tener cambios hormonales, tienen inquietudes sobre sexualidad y consumo de alcohol, todo lo que es difícil de manejar para las madres. Y por otro lado, las mamás están en la mediana edad, lo que también es una fuente de cuestionamiento interno.
"Ves a esta persona que ha crecido bastante, pero no totalmente, diciendo 'Déjame tranquilo. Déjame hacerlo a mi manera', o 'No me hagas preguntas'. Y por otro lado, lloran y esperan que los consuelen como si fueran unos niños. Pero pueden llorar como los niños que eran, pero ser capaz de consolarlos en esa etapa ya no es tan sencillo como antes", dijo Luthar en una entrevista con CNN.
Un terremoto
"Cuando tengo que ir a reunión con el profesor, me dice que no lo pase a ver a la sala. Y antes, !nunca¡ Entonces eso te angustia. '¿Te doy vergüenza?', le pregunto. Tampoco quiere que le dé un beso frente a sus compañeros ni que lo abrace", dice Andrea Hurtado sobre los cambios que ha experimentado con Gabriel, su hijo de 11 años.
Sandra Oltra, psicóloga infantil de Clínica Alemana, califica esta etapa como "un terremoto". "Es un terremoto para las mamás ver cómo su hijo, al que conocían, se va transformando. Les causa extrañeza que estos niños, que eran adaptables a las condiciones y rutinas, de pronto empiezan a tener sus propios pensamientos y formas de expresarse. Es un momento doloroso porque te das cuenta de que la persona que antes estaba bajo tu control normativo y moral empieza a adquirir nuevas ideas. Y los papás se empiezan a preguntar: ¿Lo eduqué bien? ¿Lo hice mal?".
De manera consciente, las madres están felices de que sus hijos vayan creciendo, que tengan una vida social satisfactoria, agrega el psicólogo del Centro de Adolescentes y Jóvenes de Clínica Las Condes, Ricardo Musalem. "Pero en el proceso inconsciente está la angustia del segundo destete. Angustia de que tengan una vida social propia donde no estén incluidos (los padres). Se ponen distantes y la mamá lo vive como un amor no correspondido. Además, algunas mamás se sienten utilizadas, no...
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