'Estoy enojada con la televisión'
-No es que tengan un valor emotivo tremendo -dice la actriz, dramaturga, escritora y guionista de TV Nona Fernández (43).
-Son como una proyección de mi cabeza.
En el mismo estante están los dientes de leche de Dante, el único hijo que tiene con su pareja, el escritor y guionista Marcelo Leonart. También están sus dibujos, porque Dante (hoy de 13) dibuja. Hay una libreta llamada "Los excéntricos familiares del excéntrico Dante", donde hay ilustraciones del gato, de la tortuga, de su papá y varias de su mamá "trabajando", en las que Nona sale durmiendo encima del teclado del computador y durmiendo encima de un plato de comida.
-Me dibuja así porque así me pongo cuando escribo teleseries (ríe). Me quedo dormida en todos lados. Es un período feroz, se trabaja mucho -dice. Pero nada de eso ocurre ahora. Los días de Nona están lejos de ser así. La teleserie nocturna "La promesa de Tamara", que escribió para Canal 13 con los guionistas de "Secretos en el Jardín", que tenía 20 capítulos aprobados, un elenco contratado y algunos set diseñados, nunca se emitirá. Se canceló a poco de grabarse y desde que eso pasó, Nona se ha volcado a sus proyectos teatrales y literarios.
-Me dijeron que era una decisión irrevocable de programación. Nada más -dice. -Todavía estoy en shock, ando como eléctrica. Es inédito en mi carrera. Ha sido un desarme, un golpe, un tremendo golpe. No ha sido fácil. Los escritores nos enamoramos de los personajes y las historias. Llevo 15 años haciendo teleseries y uno intuye cuando las historias vienen con buena mano y esta era una de esas. Ha sido como un aborto. Algo que iba a nacer y que abortó.
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Siempre tuvo la doble militancia: la del teatro, pero también la de escribir, aunque esa era una faceta que solo ella conocía. No la compartía, le avergonzaba. Escribía poemas sin que nadie la leyera. Pero entró a Teatro en la UC y como les enseñaban dramaturgia, escribir se convirtió en una exigencia académica. Solo dejó de serlo el 94, cuando quedó en el taller literario que impartía Antonio Skármeta en el Göethe.
-Ahí recién se me abrió una puerta interna. Me dije: "Esto es un camino, puedo escribir" -dice. En el taller conoció a quienes más tarde se convertirían en escritores como ella: Luis López Aliaga, María José Viera-Gallo, Andrea Jeftanovic.
-Nona era tímida, talentosa y encantadora. Su trabajo lo recuerdo como un magma que buscaba su forma -dice, de esos años, Jeftanovic.
Para Nona ese fue su punto de partida en la escritura. Eran los noventa, hacer teatro era difícil. Había pocas salas, poco financiamiento, el público no salía de noche. Nona no veía teleseries. Le obsesionaban los cuentos de vampiros.
Las teleseries las vio de grande. No le llamaban tanto la atención. Pero una vez, Jorge Marchant, entonces guionista de Canal 7, la vio a ella y a sus compañeros interpretar una obra de su autoría y los fichó. Les dijo que el área dramática buscaba a jóvenes para que aprendieran el género. Eran tiempos de poca producción, los guiones eran individuales, no colectivos, los...
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