Enfoques Internacionales - 3 de Septiembre de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 396246370

Enfoques Internacionales

Resplandores de paz en Colombia

Como parte del gabinete del Presidente Uribe, Santos fue implacable en el combate contra los rebeldes, y aplicando la política de "seguridad democrática" fijada por aquél, logró debilitar el aparato militar de las FARC y la captura o muerte de sus principales cabecillas. Como Presidente, hace ya dos años, ha demostrado valor para proseguir esa lucha, pero también sagacidad política para iniciar un camino que lleve a la desmovilización de los combatientes y a un proceso de paz exitoso. Mucho lo ayuda su credibilidad en la opinión pública y la legitimidad adquirida en el cargo. Desde que se anunció el proceso de paz, su popularidad subió tres puntos.

Falta conocer muchos detalles de cómo será el proceso de negociaciones. Se sabe que representantes del gobierno colombiano y de la guerrilla, fundada en 1964 en reclamo de una reforma agraria, se sentarán a la mesa en Oslo, probablemente el 5 de octubre, y definirán la hoja de ruta del diálogo, que tendrá como escenario La Habana y, quizás, otros países. En este proceso, Noruega y Venezuela serán los garantes, y Chile y Cuba los "acompañantes" -un papel que aún no está claro y que la Cancillería chilena no quiere definir mientras el gobierno de Bogotá no haga el anuncio oficial.

¿Qué hace un "acompañador" o "acompañante"? No es un mediador ni un árbitro. Tal figura no aparece en ningún tratado internacional, pero sí ha sido protagonista de muchos procesos de negociación, algunos exitosos y otros no tanto. En Colombia hay un antecedente, el "Grupo de Amigos" formado por Noruega, España, Francia, Suiza y Cuba, que actuó como facilitador del proceso de paz entre el gobierno y el ELN desde el año 2000. Hubo "acompañadores" para las crisis haitianas, de Timor y Georgia, entre otras que resolvió la ONU. En América Latina, el caso más conocido y exitoso es el del Grupo Contadora (México, Panamá, Colombia y Venezuela), que en medio de las guerras centroamericanas de la década de 1980, en plena Guerra Fría, se propuso evitar que los conflictos internos de Guatemala, El Salvador y Nicaragua cundieran por la región. Fue un proceso largo, que tras muchos años y aunando esfuerzos con otros países y organismos internacionales logró que los actores de los conflictos internos se reconciliaran e instauraran democracias.

Esta vez el papel se vislumbra distinto, pues aquí las partes ya están dispuestas a negociar, por lo que no tendrán que sentarlos a la mesa. El gobierno colombiano...

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