La encrucijada de Jeanette
-Amiga, estoy en Santiago -le dijo Jeanette, y eso a Maslova le sonó raro. Raro porque Jeanette vivía en Puerto Montt, tenía 21 semanas de embarazo y desde hace un mes y medio estaba con estricto reposo médico por unos vómitos que no la dejaban ni siquiera probar el agua.
-Entonces me contó todo -recuerda ahora Maslova-. Así como es ella, ordenada y lógica: que el día anterior, el jueves 7, había ido al ginecólogo en Puerto Montt, para revisar los exámenes de sangre que se había hecho para controlar una anemia que le vino con el embarazo. Que el doctor encontró que sus plaquetas estaban demasiado bajas y la envió de urgencia a la hematóloga. Que la hematóloga le repitió las pruebas y le dijo que sospechaba una leucemia. Que esa misma tarde le pidió que se hospitalizara, y en la noche, que volara de urgencia al Hospital Clínico de la Universidad Católica, en Santiago.
 Han pasado 49 días desde que Jeanette llegó a ese hospital, donde le confirmaron que tenía leucemia mieloblástica aguda, enfermedad agresiva como pocas, y sobre todo, avasalladora: capaz de matar a una persona en dos semanas. Hace poco más de una semana, el domingo 21 de agosto, terminó con su segundo ciclo de quimioterapia, que tienen por fin atacar las células enfermas que están aniquilando su médula ósea. Y hoy, viernes 26 de agosto, está en la sala de espera del Centro del Cáncer del Hospital UC, para su cita con la hemato-oncóloga Alejandra Rodríguez -quien ha seguido su caso-, la que revisará con exámenes qué efecto están teniendo los químicos en su cuerpo.
Si las pruebas salen bien, Jeanette tendrá una confirmación más de que está recuperándose. Pero para ella hay una preocupación aún superior. En el mismo hospital, en la unidad de neonatología, está Martina, la niña de 20 semanas que Jeanette estaba gestando cuando le dijeron que tenía leucemia.
Martina nació cinco semanas después de ese día, el pasado 7 de agosto, de 37 centímetros y 750 gramos de peso. Lo hizo a través de una cesárea de urgencia y después de que el cuerpo de su madre soportara una primera quimioterapia de ocho días seguidos para detener su mal.
Martina es una sobreviviente, y su caso, estadísticamente, dificilísimo de encontrar: la literatura médica dice que se espera que sólo una de cada 75 mil personas se enferme de leucemia en su vida. Y no contabilizan cuántas de esas personas podrían, además, estar embarazadas.
La leucemia mieloblástica es una enfermedad traidora. En un principio, quien la padece se siente bien, pero por dentro, los glóbulos blancos progenitores -encargados en la médula ósea...
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