Empresas grandes buscan sacudirse de la desconfianza y se abren al escrutinio: 'El gran desafío es ser un actor más empático'
Blanlot: "Hay una reacción coyuntural; así como hoy estamos en esta lógica refundacional que nadie sabe mucho para dónde va, también se va a revertir. No tengo la menor duda. El único cambio permanente es una ciudadanía más activa, con opinión, que obliga a la empresa a replantearse".
Nehme: "Desde hace tiempo que en Chile hay síntomas de insatisfacción, y toca que las empresas se miren hacia adentro, hagan una pausa y piensen qué ajustes hacer para ser sustentables en el largo plazo y seguir siendo consideradas como un actor legítimo dentro de la sociedad".
-Las empresas han ido cambiando su relación con los consumidores, con las comunidades donde están. Sin embargo, su reputación no mejora.
Blanlot: "Son procesos difíciles y lentos. Este cuestionamiento hacia las instituciones empezó a ser más visible en 2010. Ninguna institución se adapta en cinco años, como vemos en la política, y la empresa además sabe cómo hacerlo. Mi generación salió de la universidad como economista o administrador de empresas, muy centrados en la creación de valor".
"Los países más exitosos en su desarrollo hicieron 'pactos sociales' entre empresarios, trabajadores y políticos, que les dieron un impulso. En Chile, todos estos grupos están en conflicto y no logran dialogar ni avanzar juntos".
Larraín: "Cuando comenzó a instalarse este concepto de lucro incompatible con la provisión de bienes de carácter público, no tomamos conciencia. Si hubiéramos actuado proactivamente, no habríamos terminado con una regulación que ahoga en una medida mayor a lo razonable el emprendimiento privado".
-¿Por qué no entraron con fuerza a ese debate?
Larraín: "No siempre es fácil identificar temas que no son tan visibles y que muchas veces comienzan en el mundo intelectual. Todos debemos tomar conciencia de que es legítimo y necesario que los empresarios participen en esos debates desde el comienzo y también cuando llegan al Parlamento, como fue el caso de la reforma tributaria".
Blanlot: "La sociedad, la ciudadanía cambió. Si antes la empresa podía restarse del debate público en temas que no eran económicos, hoy está cuestionada en ámbitos en que debe actuar para insertarse en la sociedad. A cada uno tiene que darle respuesta para ser validada".
"Soy optimista de la capacidad de reacción de la empresa y de que la gente es muy crítica en abstracto, pero tiene muy buena opinión de la empresa donde trabaja o con la que se relaciona".
Nehme: "En el contexto económico y social de los 90 había que privilegiar crecimiento, estabilidad; hoy, el estándar para los gobiernos corporativos es más alto. Veo un cambio generacional muy importante en quienes están hoy a cargo de las empresas: hay mucha conciencia de que es necesario este ajuste".
"Es urgente transmitir la verdad de la empresa sin dejar ese espacio a otros que no la conocen"
-¿Cómo y cuál es el rol que los...
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