El empresario K que podría arrastrar a Cristina Fernández a los tribunales
Se refería a la grabación de una cámara de seguridad, difundida la semana pasada en Argentina, en la que varios hombres cuentan fajos de billetes por al menos US$ 3 millones en las oficinas de la financiera SGI. Conocida informalmente como "La Rosadita" -está a cinco cuadras de la Casa Rosada, en un lujoso edificio donde tiene un departamento la ex Presidenta Cristina Fernández-, la firma es investigada por pertenecer supuestamente a una red de lavado de dinero cuyas huellas se acercan cada vez más hasta los Kirchner.
El video, en el que se ve cómo los billetes son empaquetados y cargados en bolsos tan pesados que incluso deben ser arrastrados, implica directamente a un viejo conocido de la ex pareja presidencial: el empresario Lázaro Báez, amigo personal de Néstor Kirchner y su socio en varios negocios en la sureña provincia de Santa Cruz, quien hizo una asombrosa fortuna como el contratista de obras públicas más favorecido en los 12 años del kirchnerismo en el poder.
Pruebas gráficas
¿Qué tan involucrado está Báez en el esquema presuntamente corrupto? En la grabación, que data de 2012, se ve claramente al hijo mayor del empresario, Martín Báez, y a su contador personal -quien además es ex administrador del Hotel Alto Calafate, propiedad de los Kirchner-, quienes actúan como si el dinero negro les perteneciera.
Se trata de la primera prueba gráfica en el marco de acusaciones que se venían haciendo desde 2013, cuando Federico Elaskar, ex dueño de SGI, y Leonardo Fariña, el presunto "valijero" de la red, confesaron a Lanata que su trabajo consistía en sacar de Argentina -vía Uruguay, luego en cuentas suizas y de ahí hasta sociedades off-shore en Panamá y Belice- millones de dólares y euros que Lázaro Báez habría desviado de fondos públicos adjudicados en contratos con sobreprecio durante el gobierno kirchnerista. En esa ocasión -luego se desdijeron- admitieron que habían lavado más de 55 millones de euros en solo seis meses, y que el jefe máximo era el propio Néstor Kirchner.
Desde entonces, varios dirigentes opositores a los Kirchner, como las diputadas Elisa Carrió y Margarita Stolbizer, han acusado a Báez de ser el "testaferro" o "palo blanco" del fallecido ex Mandatario, mientras que "La Rosadita" operaba como el lugar de recaudación de la familia presidencial. Pero hasta ahora ninguna prueba había logrado inculpar ante la justicia a Báez, el empresario más fiel de los K.
De cajero a millonario
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