Empresario demanda a Juan Pablo Dávila por no pago de arriendo de propiedad industrial
El caso afecta a un hombre que estuvo preso siete años y pasó otros tres con reclusión nocturna por las operaciones a futuro que hizo trabajando para Codelco y que significaron para la minera una pérdida de US$ 200 millones en enero de 1994. Dávila fue condenado por delito tributario, fraude al fisco y negociación incompatible. Pagó su deuda con la justicia y desde mediados del año pasado es un hombre libre.
Pero el pasado lo persigue. Y quien lo recuerda es su acreedor, el empresario de Maoz Inmobiliaria e Inversiones SPA., Carlos Friedman. Le arrendó un galpón instalado en mil cuatrocientos metros de terreno en Puente Alto. Según afirma, Juan Pablo Dávila le debe 10 millones de pesos. El ingeniero comercial reconoce la deuda, pero dice que es mucho menor y se defiende. A continuación, las dos versiones.
Demandante: "Él no escarmentó"
Con jeans y camisa sin corbata, Carlos Friedman se presenta como el hombre estafado dispuesto a recuperar lo suyo. Representando a Maoz Inversiones e Inmobiliaria SPA, interpuso la demanda contra Dávila el 7 de diciembre, después de que no le pagara los últimos dos meses de arriendo de un galpón donde montó su fábrica. "Juan Pablo se había ganado una licitación con Adexus (compañía que desarrolla e implementa soluciones informáticas, cuyo gerente general era un gran amigo suyo, Carlos Busso, hoy presidente del directorio de Adexus) y estaba interesado en nuestro galpón".
Dávila había sido gerente de una de las firmas de Carlos Busso, Sistemas y Redes. Después del cambio en la normativa de cajeros automáticos a la luz de los sucesivos robos, se requerían aparatos blindados y decidió fabricarlos bajo el amparo de Adexus. Para ello creó su pyme Solution Works.
Friedman sabía la historia de Dávila cuando decidió arrendarle: "No me pareció una buena persona, pero pensé que a lo mejor había aprendido y con su pasado se había fortalecido como ser humano. Entonces, bueno, habiendo un contrato de arriendo por escritura pública, no pensé que iba a fracasar en el camino".
El negocio comenzó en enero de 2014 pero en mayo firmaron el contrato definitivo porque hubo que reparar la propiedad "a cuenta del arriendo de unos 7 meses", explica Friedman, y acota que después de pagar unos meses comenzó con atrasos hasta que dejó de pagar.
-Las explicaciones eran que tenía problemas con el factoring , que el banco que encargó los trabajos había frenado la orden para adquirir los blindajes. Ahí empezó a no contestarme, hasta que lo...
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