Empresario agrícola convirtió su hobby por los autos en un atractivo turístico de Los Lagos - 6 de Enero de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 700182573

Empresario agrícola convirtió su hobby por los autos en un atractivo turístico de Los Lagos

Su proyecto comenzó con la compra casual de un Buik -su primer auto- de 1955, pero su preferencia siempre fue la marca Studebaker de la cual encontró una camioneta del año 1961, del mismo modelo del vehículo que tenía su padre aunque del año 1949.

Una adquisición llevó a la otra, y en 1995 decidió junto a su esposa Ruth Frölich y su familia abrir un museo con 25 autos. Algunos le costaron menos de US$ 1.000, aunque requerían casi el doble de ese monto para restaurarse.

Cuenta que fue una apuesta riesgosa, y que incluso tuvo que hipotecar su campo para dar el puntapié inicial a su sueño. "Yo soy agricultor por accidente", dice Bernardo, cuyos padres fallecieron en un accidente cuando él tenía solo 13 años, "pero lo que siempre me ha gustado son los autos, aún conservo los recortes y las revistas de la época", confiesa. Con el apoyo de su familia y de privados que fueron donando más automóviles a su catálogo, hoy exhibe alrededor de 100 vehículos (de los 150 que posee) en el museo de varias marcas y de distinta fama. "Ya no tengo techo para tanto auto", exclama.

Una nueva apuesta con el mismo sello

Bernardo Eggers relata que, para conservar su obra, ha ideado nuevas fórmulas de financiamiento, con el objetivo de seguir expandiendo sus mostradores de vidrio y de automóviles.

Su amor por la historia lo ha llevado a innovar y, por ello, ha comenzado a adaptarse para restaurar todo tipo de artefactos de época.

El cambio se ve apenas se entra al museo, ya que ahora un auto antiguo es acompañado por cajas musicales, hasta juguetes con más de 100 años, máquinas de escribir o cámaras fotográficas antiguas. Estas son solo parte de una colección que crece cada día y que llena los escaparates del interior. "Uno se siente viejo cuando se da cuenta de que usó alguna de estas cosas en su juventud", agrega un visitante al entrar al museo y mirar los artículos del recibidor.

"Estas cosas las hemos ido incorporando porque, aunque a muchos maridos les gustan los autos, sus señoras son las que eligen pasar o no, entonces hay historia para toda la familia", cuenta Eggers entre risas.

Una parte no menor de lo que muestra en su museo tiene relación con su historia personal, "el propósito de Moncopulli es mantenerse en el tiempo. Son historias y es cariño", explica con tono enfático. Por ejemplo, las cámaras fotográficas de época se conectan con su pasado artístico -fue durante ocho años profesor de fotografía en la Universidad de Los Lagos- y la maquinaria...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR