Ingenieros, empleada de Metro, dueña de casa y dos extranjeros, entre las víctimas del estallido - 9 de Septiembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 527339074

Ingenieros, empleada de Metro, dueña de casa y dos extranjeros, entre las víctimas del estallido

La mujer salió corriendo de su hogar, en Ñuñoa, y partió a la Urgencia del Hospital del Salvador. Allí, después de tres horas, recién lo pudo volver a ver. Jorge estaba tranquilo y sedado, con una fractura expuesta en la pierna izquierda, aunque fuera de riesgo vital. Lourdes cree que él estaba almorzando allí, pues frecuentemente lo hace en los locales del subsuelo de la estación. "Sé muy poco de lo que pasó, solo sé que él está herido, que lo golpeó una cosa que salió volando. No me ha dado la cabeza para pensar en nada que no sea su estado de salud. En Venezuela, tan insegura como es, jamás nos pasó algo así", expresó la esposa del herido a este diario.

Quien sí estaba comiendo en el local de Juan Maestro que resultó dañado con el estallido es el ingeniero comercial Benjamín Ulloa Correa (24). Su rutina es muy similar a la del extranjero. Junto a dos amigos caminó desde la empresa Frutos del Maipo, donde se desempeña como encargado de proyectos, hasta el restaurant de comida rápida. El titulado de la Universidad del Desarrollo fue el más perjudicado con la onda expansiva de la explosión, sufriendo una seria fractura en la pelvis.

El ingeniero fue una de las víctimas visitadas por el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, en la Urgencia de la Clínica Alemana. Cuando la autoridad arribó al recinto asistencial, uno de los familiares presentes lo encaró: "No queremos que nos visite usted señor". La autoridad igualmente cumplió con su compromiso con los afectados.

Esposo de herida: "Sequen a los culpables en la cárcel"

A unos metros de Ulloa, haciendo aseo y limpiando las instalaciones del Metro, Marta Hernández Ancapán (61) no alcanzó a advertir lo que ocurriría. Cayó al suelo en shock y algunas de las esquirlas del basurero que contenía la bomba le dieron en su mano derecha: se desgarró el anular.

El esposo de la víctima, Víctor, dijo que "estaba trabajando cuando pasó lo de la bomba. Está con mucho dolor, con vómitos. Mal. No tengo cómo explicar lo que siente ella. Igual, sigue afectada: Quedó con miedo".

"Esperamos que las autoridades nos entreguen apoyo, porque no tenemos a nadie. Somos solos. Fue muy malo lo que hicieron estas personas. Por poco me roban lo que más quiero. Espero que las encuentren y que las sequen en la cárcel", añadió el hombre.

El conductor de locomoción colectiva José Garrido Basáez (62) tampoco se dio cuenta del estallido. Pasó a tomarse un café, antes de su turno vespertino en la empresa Redbus del...

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