La embajada del Teatro El Globo está por llegar a Chile
La historia del nuevo Teatro El Globo se remonta a los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando un joven actor estadounidense viajaba por un Londres aún con las señas del reciente bombardeo. Sam Wanamaker soñaba con llegar al lugar que ocupó en otros siglos el famoso The Globe y allí construir una réplica. La búsqueda fue infructuosa: solo encontró una placa conmemorativa sobre el muro de una cervecería. Wanamaker -quien creó el Fondo Shakespeare Globe para reconstruir el teatro y que obtuvo para ello más de 10 millones de dólares- murió en diciembre de 1993, por lo cual no alcanzó a ver su ilusión hecha realidad.
Como la idea original era construir el teatro conforme a las leyes imperantes en el siglo XVI, el Nuevo Globo, inaugurado en 1997, es a cielo abierto y sus muros cuentan con ladrillos hechos a mano, confeccionados según los que se encontraron en las ruinas del Teatro La Rosa, también isabelino. Además, toda su estructura es de roble (se utilizaron árboles derribados en una tempestad de 1987) y no se ocupó en ella ni un clavo. La techumbre de las marquesinas es de paja, tratada especialmente de manera que no pueda inflamarse, tal como ocurrió el 19 de junio de 1613. Ese día, la compañía residente estaba presentando "Enrique VIII", de Shakespeare, puesta en escena para la que era necesario disparar algunos cañones. Las descargas incendiaron la paja y en solo unos minutos todo estaba ardiendo: el teatro se consumió por completo.
Reconstruido en 1614, continuó en uso durante otros 25 años. Pero cuando los puritanos llegaron al gobierno cerraron todos los teatros por constituir centros de inmoralidad. En 1666, el original desapareció debido al desastroso incendio de Londres de ese año.
Sam Wanamaker puede dormir tranquilo: su sueño lleva a miles de personas al Bankside londinense y desde enero de 2014 una sala techada, erguida al interior del recinto de El Globo según los planos de una sala barroca, lleva su nombre. Allí se presentan actualmente espectáculos que mezclan teatro y música, siempre solo a la luz de las velas.
Camino al templo
William Shakespeare gobierna el Reino Unido desde hace siglos y sus casas londinenses -aparte de las de su natal Stratford-upon-Avon- resplandecen. Ahí están escenarios como La Rosa (The Rose) y los restos de El Telón (The Courtain), pero, en especial, el magnetismo y la actividad inagotable de El Globo, con su centro de investigación y su teatro.
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