Elsa Faúndez - 17 de Febrero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 557496178

Elsa Faúndez

- Sabe, la película sobre la vida de Saint Laurent debió haberla filmado alguien como Visconti. Han hecho dos, pero yo solo he visto una. Fue en un avión y no me gustó. Ni los talleres ni el ambiente que rodeaba a Yves Saint Laurent estaban bien reflejados. Esa película me pareció un pálido espejo de todo lo que él hizo, de su majestuosidad, de su universo de creación, de su personalidad.

-¿Y usted cómo recuerda ese mundo?

-Saint Laurent era fantástico. Un artista y también muy obsesivo. Cuando quería hacer un vestido con una gabardina negra buscaba más de diez tipos distintos. Hacía apagar las luces para ver si no había algún brillo especial. Mis años de trabajo para él fueron maravillosos. Una de las mejores épocas de mi vida.

El calor es intenso este sábado. Pasan las cinco de la tarde. Elsa Faúndez está sentada en uno de los sofás del salón principal de su departamento en Vitacura. Pese al sol que revienta afuera, el espacio es sombrío: las cortinas están a medio cerrar y una vela encendida aromatiza el ambiente. Lleva un vestido verde de Lanvin, un collar de piedras al tono, la melena castaña peinada hacia atrás y está apropiadamente maquillada.

Antes de iniciar la conversación, advierte que no se siente bien, que tiene algo de fiebre, pero fuma - aunque reconoce que no debería- y toma un vaso de agua con hielo. Comenta que el día anterior dejó con gripe su casa en las afueras de Buenos Aires -donde vive desde hace casi dos décadas-, tomó el avión hacia Santiago y, cuando llegó, decidió acostarse para estar lo mejor posible para la entrevista.

-No me gusta dejar plantada a la gente, pero reconozco que esta mañana pensé en posponer la entrevista. No pude. Soy una mujer de compromisos.

Habla con el mentón alto y mira directamente a los ojos:

-Aprendí esa lección cuando fui modelo, hace más de cuarenta años. Y me ha servido para toda la vida.

Elsa Faúndez utilizará ese tono directo, pero amable, durante toda la conversación. Su sonrisa no se desdibujará nunca, incluso cuando repetidamente diga: "¿Por qué tengo que hablar de esto? Mi relación con la moda fue hace muchos años".

-Pero usted ha sido la modelo chilena que ha llegado más lejos en la moda internacional.

-Puede ser. Yo fui modelo cuando las muchachas latinoamericanas todavía no eran muy aceptadas en París. No como ahora, que levantas una piedra y aparece una modelo. Aunque eso es bueno, hay más diversidad. Cuando yo llegué a París en 1969, todas las modelos eran europeas, especialmente francesas. Lo más exótico eran algunas muchachas eslavas que recién estaban apareciendo. Yo estaba lejos del estilo de las mannequins vivants (maniquíes vivientes) que reinaban en las casas de alta costura, donde estaban las mejores. Antes había elegancia y romanticismo. Era menos competitivo, pero muy exigente.

Durante ocho años -entre 1969 y 1977- Elsa Faúndez fue modelo exclusiva de la casa Saint Laurent. El mismo...

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