Elizabeth Puquio La mejor chef joven de Sudamérica
Un plato que imaginó, que planeó, y que finalmente cocinó y fotografió para enviarlo, junto a su receta, al concurso S. Pellegrino Young Chef de Sudamérica. Un plato que en junio la clasificó entre las 10 finalistas de la competencia, y que ese domingo 3 de septiembre la estaba embarcando a Lima para la final regional.
Para lograrlo se preparó durante meses. El ingrediente principal de su propuesta era un pescado llamado caballa, un producto que si tenía suerte, lograba conseguir a través de los proveedores del restaurante Ambrosía, ya que no es una presa común para los pescadores chilenos, pero a veces aparece entre las redes en que capturan al jurel.
Cuando lo conseguía, Elizabeth lo llevaba a su casa y lo cocinaba, para practicar, para perfeccionarse. El plato completo lo preparó cinco veces antes de la competencia. y el pescado solo, lo hizo unas ocho veces. Una vez en Lima, ya no había vuelta atrás.
-La noche antes del concurso no dormí. Además de cocinar, tenía que dar un discurso en inglés. Estuve toda la noche tratando de aprenderlo, y que no me ganaran los nervios -dice Elizabeth, de 27 años.
Al día siguiente, en la sede de Le Cordon Bleu de Perú, Elizabeth cocinó durante cinco horas su caballa, montó la preparación en los platos de cerámica negra y presentó a los jueces.
-Me dijeron que estaba bueno, pero no mucho más que eso.
Hasta que esa noche, en la premiación que ella transmitió en vivo por Instagram, se emocionó hasta llorar cuando anunciaron su nombre como ganadora, como mejor chef joven de Sudamérica de S. Pellegrino 2017, como finalista para la final mundial que será en Milán en junio de 2018, como representante del restaurante Ambrosía, como representante de Chile.
A PELAR AJOS
El primer plato que Elizabeth cocinó fue una sopa. Agua, pollo, papa y cabellos de ángel. La preparó para su mamá, quien le había indicado cómo hacerla. Estaban en la casa en la que ella se había criado, en Lima, y decidió preparar esa sopa para aliviar a su madre, quien en ese entonces se sentía mal por un cáncer que padecía.
Un recuerdo de hace más de diez años, pero que hoy, un viernes por la mañana, sentada en una de las mesas del restaurante del Ambrosía en la comuna de Vitacura, Elizabeth describe con claridad.
-Ese fue el primer plato que hice yo, pero ya llevaba años viendo cocinar a mi mamá, que hacía de todo, comida árabe, comida italiana, comida peruana. Era la que cocinaba en la casa para mi papá, para mí y mi hermano. Aprendí de ella a hacer...
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