ELISA ZULUETA - 17 de Abril de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 709875117

ELISA ZULUETA

Fines de febrero. Cambio de planes.

"Mándame unas preguntas por mail, para entretenerme un rato", pide Elisa Zulueta (36) en un mensaje de voz de WhatsApp, desde la pieza de una clínica en Santiago. Originalmente, esta entrevista se haría los últimos días de febrero, pero su hija Olimpia -de cinco meses- sufrió una infección que la mantuvo durante cinco días internada. Los mismos días que la actriz de "Soltera otra vez", "Socias" y "Juana Brava" vivió, día y noche, sin despegarse de su primera hija, que tuvo de su relación de 12 años con el ingeniero Felipe Contador.

La niña ha transformado por completo la vida de Zulueta. Dejó la pantalla de TVN -lo último que hizo fue la serie "Un diablo con ángel", junto a Benjamín Vicuña- y no pudo estar en "Happy End" y "Tío Vania", las obras dirigidas por su amigo Álvaro Viguera. La llamaron para el teaserde una película y también tuvo que declinar.

En otro mensaje de WhatsApp, dice que ha dormido poco en la clínica, pero insiste en unas preguntas para responder por mientras.

Mailenviado.

-Hasta hace un par de años, no veía cercana la posibilidad de ser madre. Decía que era válido quienes quisieran serlo, pero también quienes no. ¿Qué cambió en este período?

-Sigo encontrando que tener un hijo es algo que no todos tienen que querer hacer. No eres más mujer en la medida en que traes un hijo al mundo. Cada uno hace con su vida lo que puede, y si se tiene suerte, lo que quiere. En mi caso, Olimpia apareció en nuestras vidas sin planificación, pero ahora, con el tiempo, lo veo muy adecuado. Quizá me hubiese pasado la vida tomando la determinación de tener o no un hijo. Y así, como ella llegó, creo que tenía que suceder en mi caso.

-Los actores trabajan con el ego. Con la llegada de un hijo, ¿cómo ha sido el desprenderse del "yo"?

-En mi caso, no quiero ser farsante, es lo que más me costó. Dejar de tener todo el tiempo para mí, de agarrar mi bicicleta y partir, de tomar clases, de estudiar, de subir el cerro, de mirar el techo. Eso se acabó por un rato largo. Me costó no poder hacer lo que quiero. La maternidad para una mujer es arrolladora, física y emocionalmente. Podría decirte que desde un principio fue algo hermoso y cómodo, pero te mentiría. Me costó, la miraba y le decía: "¿Qué onda, me necesitas para todo, TODO?, duérmete sola al menos".

-Bajo esa mirada, ¿cómo ha sido el proceso de aceptar que se convirtió en madre?

-Me he ido encantando paulatinamente y puedo decirte que hoy estoy mucho más...

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