Elegir otro pueblo - 1 de Noviembre de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 404856570

Elegir otro pueblo

Cuando en 1953 se produjo en Berlín Oriental el levantamiento de los alemanes del este contra el régimen comunista impuesto por la Unión Soviética, el destacado dramaturgo y militante comunista alemán Bertolt Brecht lanzó un mensaje provocador a los líderes del gobierno: "Camaradas, si el pueblo no puede elegir otros dirigentes, entonces los dirigentes tendrán que elegir otro pueblo". Brecht, que sabía con qué chichita se curaba, fue precavido: como vivía en el socialismo y era parte de la nomenklatura , tenía pasaporte austríaco, y sus editores le depositaban los honorarios en Suiza.

Me acordé del levantamiento germano-oriental, aplastado con tanques y fusiles, al conocer la exigencia de algunos en el sentido de reinstaurar el voto obligatorio por la baja participación en la última elección. Es cierto que una democracia en que sólo vota la minoría es una democracia frágil. Pero creer que se fortalece la democracia obligando a votar es tener una concepción cuantitativa de la democracia. Peor aún. Una solución así, basada en la imposición, es barrer la responsabilidad de los políticos bajo la alfombra. Implica, además, culpar al ciudadano por la falta de appeal del político. Implica confundir al mensaje con el mensajero, convertir al juzgado en juez.

Creo que los mecanismos para revertir la situación son otros, pues las causas de la apatía ciudadana son otras. Una de ellas es el escepticismo frente a los políticos, fenómeno, en rigor, universal. Otra es la inexistencia de educación cívica, sobre lo que volveré más abajo. Una tercera es el menosprecio por la ciudadanía: al mirar los afiches de los recientes candidatos, nunca pude saber a qué partido pertenecían. Sólo veía rostros simpáticos, mucho photoshopping , lemas alegres. También es cierto que a determinado nivel de prosperidad de un país, muchos creen que pueden prescindir de los políticos.

Pero tampoco hay que dramatizar: en las principales democracias occidentales, la abstención es elevada. En EE.UU. vota apenas la mitad de la población en las presidenciales. Por el contrario, en los países con crisis políticas, la gente se vuelca a las urnas para expresar descontento. La política adquiere predominancia, lo inunda todo. El papelero de la historia está lleno de sistemas con voto obligatorio, donde votaba 99% de la población...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR