'Al elegir la fotografía elegí la soledad' - 15 de Mayo de 2012 - El Mercurio - Noticias - VLEX 370494150

'Al elegir la fotografía elegí la soledad'

Las palabras de Bob Borowicz aún resuenan en los oídos de Paz Errázuriz. A principios de los años 70, Borowicz era una de las estrellas del oficio en Chile; ella, una profesora de 35 años que alguna vez había intentado, infructuosamente, ser pintora. Su padre, Fernando Errázuriz Lastarria, no la había dejado estudiar Licenciatura en Arte. Le había tocado nacer en tiempos así.

-Una dueña de casa jamás será fotógrafa. Esas palabras me dejaron helada y me dieron vuelta en la cabeza mucho tiempo, llegué a dudar de esta nueva pasión que crecía en mí. Era puro machismo. Reflejaba la época en que vivíamos, porque para poder realizarnos en ese Chile, algunas mujeres tuvimos que pasar por muchas rupturas. Algunas fueron muy traumáticas.

A los 71 -los cumplió un día después de Año Nuevo-, de pocas palabras, concentrada y de carácter firme, Paz Errázuriz Korner, contrariando a Bob Borowicz, es hoy una de las fotógrafas más respetadas y célebres de Chile. No sólo tiene coleccionistas que golpean continuamente a su puerta -en Suiza, España, Estados Unidos, Francia, Alemania y aquí-, también es maestra de jóvenes en la Universidad Mayor y en su propia casa. Sus exposiciones llevan 31 años paseándose desde París a Marruecos y desde Zagreb a Venecia y dan vuelta por Melbourne, Berlín, La Habana, Zurich. Ya perdió la cuenta de cuántas y dónde: la fama y el dinero no le interesan. Lo que sí defiende a brazo partido es su hacer: "Hacer y hacerlo bien es mi único propósito", dice, mientras revuelve su enorme tazón de té. Sus 30 y más años de maestría parecen no existir cuando habla:

-A mí la celebridad me es ajena. Estoy demasiado preocupada de crear. La velocidad de la fotografía actual a mí me costó porque siempre me encantó esa cosa pensada, pausada, que permite lo análogo. Ese atesorar del tiempo, ese decantar. Pasé mucho tiempo asustada frente a la fotografía digital, la ceremonia del cuarto oscuro yo no la perdonaba. Para mí dejar ese mundo fue un duelo, en mi cuarto oscuro me reencontraba, era un espacio de belleza. Entré de a poco en lo digital, no porque no pudiera, sino porque no quería. De a poco me amisté y fui descubriendo su maravilla. Me sirvió mucho mi decisión de digitalizar toda mi obra. En eso trabajo horas y he podido hacer grandes descubrimientos.

Paz aún se sorprende de que, con la tecnología digital, "gaste dos minutos en una tarea que antes me tomaba media mañana". Cuando otras mujeres de su edad cuidan a sus nietos, esta madre de dos creadores independientes -una antropóloga de 45 y un diseñador de 38- y abuela de dos "pequeñas maravillas", circula, imparable, dando cátedra de creatividad. A Paz Errázuriz la miran y admiran todas las generaciones de fotógrafos.

En la casona de 120 años donde vive desde hace medio siglo -y que comparte con su segunda pareja, el pintor Thomas Daskam-...

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