Un ejemplo de que proteger el agro y el medio ambiente es rentable
Otro camino pavimentado lleva a otro galpón de cemento con corrales -más amplios- que parecen vacíos. Pero al escuchar las voces, aparecen los novillos que salen desde unos corrales posteriores. En cada uno hay tres o cuatro. En la pared, dos escobillas para que se rasquen el lomo y los costados. Estos no son pequeños. Tienen entre 15 y 18 meses y pesan casi 700 kilos cada uno. Ya alcanzaron el peso necesario y están listos para ser faenados.
Son solo algunos de los 550 novillos de raza alemana fleckvieh que viven en la granja Gut Karlshof, de 290 hectáreas, en Ismaning, y que es uno de los 10 campos de propiedad de la ciudad de Múnich, en Alemania.
Múnich, capital del estado de Baviera, tiene cerca de 1,5 millones de habitantes y es la tercera ciudad de Alemania, después de Berlín y de Hamburgo. Además, viene con un importante crecimiento urbano que lleva a que anualmente esté aumentando en cerca de 22 mil personas. Sin embargo, no solo posee tierras, sino que también las trabaja directamente, convirtiéndose en un caso curioso tanto en Alemania como en prácticamente todo el mundo.
"Fue hace años que en la ciudad se dieron cuenta de que el avance urbano podía significar el término de la agricultura, en especial por el rápido crecimiento demográfico que empujaba la necesidad de construir. En ese momento, al entender que a la agricultura hay que mantenerla pues genera alimentos y una serie de otros beneficios, comenzaron a comprar terrenos de buena calidad agrícola", explica el doctor Alfons Bauschmid, director de SGM, la empresa creada para manejar las 10 parcelas.
Hoy esos 10 campos totalizan 2.540 hectáreas, una cantidad nada pequeña en una zona donde el valor de la hectárea se mueve entre los 80 mil y los 150 mil euros, según la cercanía de la ciudad.
De esa superficie, 1.600 hectáreas son para cultivos y producciones con agricultura tradicional, 800 de producción ecológica y el resto de bosques y áreas verdes, tienen como objetivo, además de mantener una superficie agrícola para el futuro, producir alimentos de alta calidad, contribuir a la protección ambiental de la ciudad, incluida la calidad del aire y paisajística, y producción de bioenergías. Además, son una fórmula para que los niños aprendan no solo de agricultura, sino también de protección del medio ambiente y para que los habitantes de la ciudad realicen agricultura.
La ciudad no arrienda ni entrega en comodato esas tierras, sino que las trabaja agrícolamente, convirtiéndose...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba