El hierro con el que los egipcios hicieron sus collares vino del espacio - 21 de Agosto de 2013 - El Mercurio - Noticias - VLEX 455870990

El hierro con el que los egipcios hicieron sus collares vino del espacio

Se trata de unas cuentas de este material encontradas durante 1911 en unos entierros del sitio de Gerzeh, donde se desarrolló una de las primeras culturas egipcias entre el 3600 y 3350 antes de Cristo.

En forma independiente dos equipos de investigadores -uno conformado por científicos de la Open University y la U. de Manchester y otro del University College de Londres (UCL)- analizaron el material con tecnología no invasiva.

Se valieron de dos muestras de estas cuentas que se conservan en el Manchester Museum y el Petrie Museum de Arqueología Egipcia, del UCL, respectivamente, considerados ambos como los ejemplos más tempranos de uso del hierro por el ser humano.

Lejos de la Tierra

Tales objetos tuvieron como objetivo la elaboración de collares en los que alternaban piezas de oro y otros minerales o piedras semipreciosas como el lapislázuli.

Diane Johnson, investigadora del departamento de Ciencias Físicas de la Open University y autora principal de uno de los estudios -publicado recientemente en la revista especializada Meteorites and Planetary Science-, explica a "El Mercurio" que el hierro de los meteoritos tiene ciertas características químicas y estructurales exclusivas, como consecuencia de su formación en el espacio.

Es así como siempre es rico en níquel y está compuesto por dos aleaciones que cristalizaron en el núcleo de pequeños planetas al comienzo de la historia de nuestro sistema solar, hace unos 4500 millones de años. Además se desarrollaron durante períodos de tiempo muy largos y presentan unos patrones de crecimiento específicos. "No podrían ser fabricados en la Tierra con esta misma química al menos que tuviéramos millones de años para esperar su formación", sostiene.

Destaca que en su análisis de las cuentas de Gerzeh, que involucró el uso de microscopio electrónico y tomografía computarizada, identificaron justamente fragmentos de hierro rico en níquel.

En tanto, el equipo del University College, cuyo trabajo fue publicado esta semana en el Journal of Archaeology Science, empleó un haz de neutrones y rayos gamma para determinar si las cuentas conservadas en su museo correspondían a hierro de meteoritos y no a magnetita, que a menudo se confunde con hierro corroído debido a que posee propiedades similares.

Tras escanear las cuentas el equipo pudo confirmar la textura única de la pieza y también determinar una alta concentración de níquel, cobalto, fósforo y germanio. "Por primera vez logramos demostrar que hay presencia...

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