EE.UU.: expectativas republicanas - 3 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 541934470

EE.UU.: expectativas republicanas

Las elecciones que no coinciden con una presidencial provocan desinterés del electorado, y quienes concurren a las urnas son los votantes más disciplinados, en especial los del Partido Republicano.

La elección se verifica en momentos en que predomina el rechazo a la gestión del Presidente, responsabilizado junto con su partido de las dificultades por las que atraviesa Estados Unidos. Además, el creciente electorado "latino", que lo apoyó en sus pasadas elecciones, le reprocha el incumplimiento de su promesa de aprobar una reforma que legalizaría a inmigrantes ilegales y le enrostra el mayor número histórico de deportaciones de indocumentados.

También se atribuye al mandatario un mal manejo de las crisis provenientes de las amenazas del ébola y del Estado Islámico en Irak y Siria, y se lo critica por la renovación de la guerra fría y por la carencia de una estrategia internacional. Incluso en el plano económico, donde hay signos de progreso, el electorado estima que sus medidas han favorecido a grandes corporaciones, y no a medianas y pequeñas empresas, mientras que su plan de salud, Obamacare, es visto como confuso, dispendioso y estatizante.

Presidente Obama con un equipo debilitadoAl acercarse al fin los mandatos norteamericanos, se suelen debilitar los equipos presidenciales, que en este caso ya es motivo de reparos. Figuras destacadas de la administración abandonan el gobierno para ingresar al sector privado o preparar candidaturas. Ya había ocurrido con los secretarios de Estado y de Defensa, Hillary Clinton y Robert Gates, sucedidos por otros que no han demostrado las capacidades de sus predecesores. Uno de ellos, León Panetta, que ocupara altos cargos en los gobiernos demócratas de Clinton y Obama, en sus memorias alaba al primero y presenta al Presidente Obama como capaz intelectualmente, pero incapaz de resolver. Opiniones similares han surgido de los ex secretarios Gates y Clinton.

No están claras las repercusiones de la probable coexistencia de un Presidente de los Estados Unidos con un Congreso controlado por la oposición. En este caso, sus consecuencias dependerán de la magnitud de la mayoría que obtengan los republicanos y de su cohesión, amagada en esta ocasión por un posible incremento de representantes del sector más conservador.

No contar con el control del Congreso puede significar un delicado conflicto entre Obama y los republicanos, que usarían su dominio parlamentario para vetar toda iniciativa del Ejecutivo. Este...

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